Entrevista a Manuel Aguilera de la Paz, embajador de cuba en México
“Imperativo”, un acuerdo migratorio México-Cuba
“Lo que salva finalmente la relación es la hermandad histórica”
En la primera entrevista de prensa que concede desde su acreditación, el diplomático isleño comenta también temas nodales de la agenda bilateral, como la renegociación de la deuda del país caribeño, de la cual dice “ya hay contactos” técnicos para abordarla
Ampliar la imagen Manuel Francisco Aguilera, el mes pasado en la embajada cubana Foto: María Meléndrez Parada
El cambio de ruta de la emigración de cubanos indocumentados, que hoy utiliza preferentemente territorio mexicano para llegar a Estados Unidos, ha hecho de México “una víctima más de la Ley de Ajuste” del país del norte, asegura el embajador cubano en nuestro país, Manuel Aguilera de la Paz.
Por esta razón, y porque hay una tendencia creciente en las cifras de balseros que en lugar de cruzar el estrecho de Florida optan por hacer tierra en el Caribe mexicano para de allí trasladarse a la frontera norte, “es imperativo” un acuerdo migratorio entre México y Cuba. Y en la nueva etapa de rehabilitación de la relación bilateral, los dos gobiernos ya han puesto manos a la obra. De hecho, informa el diplomático, el gobierno mexicano está elaborando un proyecto de memorando de entendimiento sobre migración para someterlo al análisis de La Habana.
En la primera entrevista de prensa concedida desde su acreditación, Aguilera abordó otros temas que figuran de manera prioritaria en la agenda bilateral. El de la renegociación de la deuda cubana es uno. Al respecto, comenta que “ya hay contactos” al nivel técnico para abordar la negociación, en la que su gobierno espera que el desistimiento de la demanda mexicana en tribunales europeos “sea una de las opciones”.
Con todo, la visión del nuevo embajador sobre las perspectivas de la relación México-Cuba, históricamente estratégica para ambos, es realista: “Hay que partir de las nuevas coordenadas que imperan en la región y en el mundo. La reconstrucción tiene que ser sobre bases sólidas. A lo mejor las relaciones no vuelven a ser tan estrechas, a lo mejor el comercio no vuelve a ser tan intenso, o quizá sí. Lo importante es que por ahora hay voluntad de avanzar hasta donde se pueda llegar”.
La Ley de Ajuste en México
Fuentes consulares estadunidenses han calculado que en 2006 llegaron a su territorio vía México cerca de 10 mil cubanos indocumentados que, gracias a la llamada Ley de Ajuste, son aceptados inmediatamente con la privilegiada posibilidad de obtener su residencia en un año. En contraste, los balseros que llegaron atravesando el estrecho de Florida fue de poco más de 7 mil 500, ya que, de acuerdo con el pacto migratorio Cuba-Estados Unidos de 1994, los guardacostas estadunidenses pueden interceptar y devolver a los balseros a su país.
El embajador Aguilera ofrece otros datos que dan idea de la creciente tendencia de los balseros a cruzar por México: el año pasado, el gobierno mexicano repatrió a menos de 100 de estos migrantes cubanos. En lo que va de 2007, hasta el 17 de octubre, la cifra fue de 264, más del doble.
“El fondo del problema es que México está siendo víctima, como Cuba, de la Ley de Ajuste cubano de Estados Unidos, una política hostil. Los cubanos son los únicos emigrantes del mundo que tienen el privilegio de que al pisar suelo de Estados Unidos son admitidos, con el objetivo de estimular la migración ilegal y crear la imagen de que hay una estampida en Cuba.”
–Hay otra variante, la de los cubanos que llegan a México de terceros países –Honduras, Panamá–, quienes también intentan llegar a Estados Unidos. Ésos no son repatriados, sino internados en la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM). ¿Por qué no acepta su gobierno la repatriación?
–Por razones de seguridad. Es una forma de infiltrar terroristas. Lo que queremos es desestimular la migración ilegal.
–El problema es que estos cubanos, después de una estadía en el INM, obtienen una carta de salida y así pueden llegar a Estados Unidos. Eso no desestimula la emigración, al contrario.
–Hay opciones de solución: que México los devuelva a los países de donde llegaron. Nosotros exigimos a los países de donde proceden estos cubanos que los readmitan y que sean ellos quienes los devuelvan a Cuba. Allí no son reprimidos. Eso es lo correcto.
–Sobre el tema de la deuda de Cuba con México, ambas partes han expresado la determinación de resolver el problema. ¿Ya hay contactos para arrancar la renegociación?
–Tengo que ser discreto para que las cosas salgan bien. Pero sí puedo decir que ambas partes están estudiando propuestas.
–¿Puede adelantar qué opciones se están considerando? ¿Alguna quita en la deuda, algún tipo de pago en especie o con un tipo de intercambio?
–Se está considerando lo que normalmente se hace entre instituciones financieras: la renegociación de la deuda en términos amistosos y mutuamente satisfactorios y no utilizar la vía de las demandas judiciales, que no son lo habitual cuando siempre ha habido una relación intensa de intercambio y crédito.
–¿Buscará el gobierno de La Habana que México se desista de su demanda?
–Pudiera ser una de las opciones. En toda negociación, una solución depende de las dos partes. No sólo es el tema de la demanda, sino el monto de la deuda y abrir oportunidades para el comercio y la inversión.
Rehabilitación de una relación dañada
–¿Cuáles son las fortalezas y debilidades en el proceso de rehabilitación de la relación bilateral?
–Entre los puntos fuertes, destacamos la no injerencia en los asuntos del otro y la franqueza en el diálogo. Esa franqueza se perdió durante el gobierno de Vicente Fox, quien dio la espalda a Cuba en un momento muy difícil.
–¿Puede recuperarse esa confianza con el gobierno de Felipe Calderón, que es del mismo signo ideológico que Fox?
–Lo que salva finalmente la relación es la hermandad histórica, que está por encima de cualquier gobierno. Ante el deterioro que sufrieron las relaciones, los dos pueblos incidieron en la decisión de restablecer los lazos.
–¿Y las debilidades?
–Seis días después del llamado de George Bush a la comunidad internacional para que se uniera a su política contra Cuba, México volvió a votar en las Naciones Unidas exigiendo el fin del bloqueo contra Cuba. Ésa es una demostración de que México puede resistir las presiones como país independiente y soberano.
–En materia de derechos humanos, el interés y la discusión siguen abiertos, aunque el nuevo Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas tiene otro tratamiento del tema.
–El consejo ha resuelto, con el voto cubano en favor, que cada año un grupo de países será supervisado de acuerdo con un programa universal, sin manipulación ni selectividad.
–¿Puede darse esta discusión a escala bilateral?
–También. Éste es un tema más en la agenda bilateral que discutiremos en el momento oportuno, con franqueza. Lo que no aceptamos es que se politice, se utilice, como siempre hace Estados Unidos, para justificar su política hostil y el bloqueo contra Cuba.
–A 15 meses del traspaso de la conducción del gobierno de Fidel a Raúl Castro, ¿qué aceptación tiene el actual presidente en funciones en el país y a escala internacional?
–El único país del mundo que no ha aceptado a Raúl Castro como presidente en funciones es Estados Unidos; nosotros tenemos relaciones diplomáticas con 189 países y entre todos ellos ha habido aceptación en el entendido de que es un asunto interno de Cuba. Se especula, como parte de la campaña contra Cuba, que se trata de una dinastía. No se trata de una dinastía; el que sean hermanos es una casualidad biológica. Raúl tiene una enorme cantidad de méritos; el pueblo de Cuba lo respeta y reconoce como segundo hombre de Cuba desde hace muchos años.
–¿Qué posibilidad hay de que Fidel se postule –como se rumora– como candidato a la Asamblea Popular?
–No sabemos, Fidel Castro está recuperándose de su enfermedad, está muy activo, pero todavía en reposo. Evidentemente va a salir de esta situación, pero si se va a postular o no, es su decisión.