Penultimátum
Las recompensas de Larry Flint
A finales del pasado agosto la opinión pública estadunidense no estaba ocupada en conocer a fondo y sancionar ejemplarmente los asesinatos de civiles cometidos en Irak por mercenarios de diversos países al servicio de empresas de Estados Unidos. Tampoco en la crisis desatada por los 2 millones de personas que no pueden pagar los préstamos que les concedieron para adquirir una vivienda. Nuestros vecinos estaban ocupados, en cambio, en conocer más detalles sobre la conducta sexual de Larry Craig, un senador republicano famoso por su lucha contra la homosexualidad.
De 62 años y muy respetado por las fuerzas conservadoras de su estado natal, Idaho, se le recuerda en la pasada campaña electoral que religió al señor Bush defendiendo la moral y las buenas costumbres. Sin embargo, el senador, casado desde hace 30 años, en ciertos momentos de su carrera tuvo que soportar algunos rumores sobre su preferencia sexual. Esos rumores se hicieron realidad al ser detenido en junio pasado por un policía de civil que investigaba quejas de “conducta indecente” en los baños de hombres del aeropuerto de Minneapolis. Según declaró el policía, el senador Craig buscaba contactar a un homosexual para tener sexo. El policía también fascinó a la opinión pública al describir la forma en que el senador lo “manoseó” en sus partes nobles mientras orinaba, creyendo que era un homosexual en busca de cliente.
Luego de muchos desmentidos y de recordar su conducta intachable y su religiosidad, finalmente el senador se declaró culpable de “conducta lasciva” en un baño público.
Craig anunció su retiro de la política, mientras el policía puede volverse millonario. Esto si otro Larry, de apellido Flynt, estima que merece recibir el millón de dólares que ofrece a quienes descubran y denuncien escándalos sexuales de congresistas, políticos y el resto de la elite administrativa que dirige Estados Unidos.
Larry es millonario gracias a su revista pornográfica Hustler, que vende millones de ejemplares cada mes. Su vida, y su lucha por la libertad de editar y distribuir esa y otras publicaciones del mismo tipo, llevó a Oliver Stone a producir una película estrenada en 1997, dirigida por Milos Forman y protagonizada por Woody Harrelson, Courtney Love y Edward Norton: El pueblo contra Larry Flint.
El editor nunca perdonó a los que lo persiguieron implacablemente y a los que venció finalmente en la Corte Suprema de su país. Luego del juicio que casi obliga al presidente Clinton a renunciar por mentir sobre las felaciones que le recetó en la oficina oval la becaria Monica Lewinsky, Flint condenó públicamente la hipocresía de la clase dirigente de Estados Unidos. Decidió entonces conceder un millón de dólares por cada escándalo sexual que la gente le descubriera a esa clase.
Flynt dice estar dispuesto a entregar esa suma al policía que atrapó al senador homófobo. Pero sus abogados señalan que el agente no lo hizo voluntariamente sino en cumplimiento de una tarea que sus superiores le encomendaron. En esas andan.