Zapotecas y mixtecas realizan comparsas y elaboran coloridos tapetes de arena
El culto a los muertos, riqueza ancestral
En altares y ofrendas se materializa la devoción, lo mismo en panteones que en museos
Ampliar la imagen Niña catrina en el municipio de Ecatepec, estado de México Foto: Mario Antonio Núñez López
La devoción y el culto a los muertos en México son una mezcla de manifestaciones que comienzan en lo religioso, pasan por leyendas y creencias prehispánicas y se materializan en los tradicionales altares y ofrendas colocadas cada año en su día, 2 de noviembre, incluso en museos.
En el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, a 10 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, la adoración a los difuntos se vive de manera única. Cada año en este día, los muertos son agasajados con todo lo que en vida fue de su agrado.
Miles de personas llevan a las sepulturas de los suyos ofrendas de pan, flores, juguetes, muñecas, carritos, dulces, comida, música y hasta un “trago fuerte”, que “comparten” con los finados en los panteones nuevo y viejo, como son conocidos.
Los habitantes de Santa Cruz Xoxocotlán, herederos de las celebraciones funerarias de origen zapoteca y mixteca, montan altares, realizan comparsas y elaboran tapetes de arena con figuras y colores.
La noche del 1º de noviembre, las casas de la localidad –visitada por turistas nacionales y extranjeros– como las de la mayoría en toda la entidad, colocan arcos de caña forrados de frutas y flores, así como veladoras, que indican el camino a los fieles difuntos que vienen del más allá.
Leyendas y arte para niños duranguenses
Cuando el reloj marca la una,/ las calaveras salen de su tumba./ Chumbala, cachumbala, cachumbalá…
Rosa, feliz por su matrimonio, invitaba a su boda a todo el que veía; casualmente, en una visita al panteón, previo al día de su boda, se topó con una calavera en el suelo, la tomó en sus manos y también la invitó a su boda. Sin pensarlo, Rosa había invitado a la Muerte…
Cuca, la Cuca mía, a quien el general Gabriel Gavira, gobernador de Durango de 1916 a 1918, sin querer, enterró viva, siendo el amor de su vida…
Los anteriores son fragmentos de un canto y dos historias que cientos de niños de prescolar y primaria aprenden durante las visitas guiadas al Panteón de Oriente, en la ciudad de Durango, donde no sólo conocen de leyendas sobre camposantos, sino también del arte funerario del lugar.
Carlos Cáceres, coordinador del grupo de visitas guiadas del cementerio, explicó que con leyendas, cantos y visitas “les hacemos ver a los niños que en el panteón, más que un sitio de muertos, es un lugar de paz y completa seguridad, donde pueden reír y cantar de alegría”.
Museo de la Muerte en San Juan del Río
En medio de tumbas que datan del siglo XVIII se encuentra el Museo de la Muerte, donde se exhiben sepulcros, en su mayoría de niños e indígenas, cuyos cuerpos no fueron reclamados por familiares y quedaron abandonados en lo que fue el antiguo panteón de la Santa Veracruz.
A unos metros del centro de la cabecera del municipio de San Juan del Río, Querétaro, se ubica este museo que empezó a operar como tal hace 10 años y es considerado único en México, por ubicarse en un cementerio real.
Norma Caballero, encargada de la administración del sitio, explicó que hay 450 tumbas a perpetuidad, algunas de las cuales datan de 1857. Además, hay una capilla con restos de diferentes personas, y la iglesia El Calvario.
La construcción del edificio donde se ubica el panteón data de 1853 y operó como tal por 110 años; al saturarse, fue abandonado. En 1981, autoridades municipales lo reabrieron, pero como museo donde presentaban exposiciones alusivas a la muerte, por cuyo éxito en 1997 fue renombrado Museo de la Muerte,
Altares sonorenses
La exposición Altares, tumbas y flores, sobre tradiciones de los pueblos pima, yaqui y mayo, se presenta en el Museo Regional de Culturas Populares ubicado en Hermosillo, Sonora.
La coordinación del recinto explicó que las principales tribus que se asientan en el territorio sonorense tienen elementos propios que heredaron de sus ancestros y otros que adquirieron de la cultura española. “Cada año hacemos diferentes eventos para transmitir a la población la riqueza de la cultura de estos pueblos”, comentó.
Una leyenda se niega a morir en Yucatán
Una escultural figura femenina surge entre el espeso monte y detiene su sensual caminar en una ceiba. Allí espera hasta encontrar a algún campesino que, embelesado por la belleza, se detiene. Comienza el romance, hacen el amor y, al final, ella asesina al mancebo. Se trata de la leyenda de la Xtabay, fantasmal aparición que cada año, en época de los fieles difuntos, llega al mundo de los vivos para conducir a su víctima al más allá.
La Xtabay (mujer divina, en lengua maya, aunque no es un término exacto) y su ceiba forman parte de la tradición llamada Hanal Pixán (comida de almas o muertos) de Yucatán y otras regiones mayas del sur de México.
Las leyendas forman parte de la tradición. En Yucatán, a pesar de la avalancha de costumbres extranjeras como el Halloween, el Hanal Pixán se niega a sucumbir.
Las raíces mayas, fuertes como los ancestros indios, tienen en estos días su culminación cuando miles de personas recuerdan a sus muertos y les colocan las viandas y bebidas que más les gustaban en vida.
Hiram Moreno, Mariana Chávez, Saúl Maldonado, Ulises Gutiérrez y Luis A. Boffil