Hay incertidumbre sobre cómo se va a manejar la situación
Resta competitividad el impuesto a turistas de cruceros, dicen empresarios
La Paz, BCS, 1º de noviembre. El impuesto de 5 dólares que se aplicará a los turistas de cruceros que viajen a los puertos mexicanos, quitará competitividad al país en esta industria, reiteró el vicepresidente de la Asociación Mexicana de Empresas para la Atención de Cruceros Turísticos (Amepact), Arturo Mussi Ganem.
Dijo que mientras los países del Caribe y Centroamérica han optado por reducir impuestos, otorgar bonificaciones por volumen de pasajeros y firmar convenios favorables a las navieras hasta por 25 años, México hizo lo contrario con el nuevo impuesto, el cual ha generado incertidumbre sobre lo que va a pasar con los cruceros que entran al país.
Mencionó que existe molestia entre navieras y empresarios vinculados con los cruceros, porque no fueron consultados y todo nació de una propuesta que había sido rechazada durante siete años y que fue retomada y aprobada fast track por la Cámara de Diputados sin argumentos sólidos, pues algunos legisladores equipararon este cobro con el costo de un refresco y hasta dijeron que los barcos y los pasajeros no pagaban nada, lo cual es falso.
Mussi Ganem precisó que los viajeros ya pagan un derecho de 8 dólares por visitar cada puerto mexicano, bajen o no del barco, por lo que si a esa cantidad se le suman los 5 dólares, ya son 13, que no es el costo de un refresco o una cerveza, y que sí repercute en la decisión de los turistas.
En cuanto a los barcos, expresó, pagan de 25 mil a 35 mil dólares entre derechos e impuestos por cada arribo a un puerto nacional, además de 9 mil pesos por revisión migratoria y otros 8 mil pesos por Capitanía de Puerto, entre otros conceptos.
Con situaciones como esta se pone en riesgo una industria que atrae a México 6 millones de turistas al año, quienes gastan en promedio 80 dólares por persona, advirtió. Abundó que además hay muchas dudas sobre el mecanismo que se utilizará para cobrar el nuevo impuesto, ya que los barcos no harán esa labor que es del gobierno, ni tampoco se sabe si se aplicará en el primer puerto que toque el crucero en el país o en cada puerto que visite.