Censura Laurell que se dependa de importaciones
Disminuye la capacidad del país para producir fármacos
El “gobierno legítimo de México” advirtió que México registra, a partir de 1987, un “desmantelamiento vertiginoso en la capacidad para producir farmacoquímicos”. Mediante un comunicado, expuso que en ese año existían 94 empresas que producían 259 principios activos y cubrían 67 por ciento de las necesidades del país, pero para 2005 ya eran 26 las firmas, sin que se reportara información sobre el volumen y productos fabricados.
Asa Cristina Laurell, secretaria de Salud del “gobierno” que encabeza Andrés Manuel López Obrador, cuestionó que “dependamos más” en este rubro de las importaciones, y denunció que a la par “se ha perdido la capacidad para garantizar la calidad y seguridad de los medicamentos e insumos médicos”.
Especialmente cuando, refirió, la instancia pública con mayor capacidad para realizar esta función era el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Recordó que este organismo tenía la tecnología y el personal técnico especializado para realizar estudios de biodisponibilidad y bioequivalencia de medicamentos, y que mantenía actualizado un catálogo de productos y proveedores aprobados y rechazados, que servía de referencia a todas las instituciones del sector salud.
Tan sólo en 2001 reportaba, por conducto del desaparecido Departamento de Control de Calidad de fármacos, evaluaciones técnicas y de productos con la emisión de más de 11 mil dictámenes.
No obstante, demandó al Estado garantizar medicamentos seguros, eficaces y con calidad, así como su disponibilidad y acceso, tras cuestionar a la Comisión Nacional de Protección contra los Riesgos Sanitarios, dependiente de la Secretaría de Salud, por considerarla “incompetente” para cumplir con esos cometidos.
Resaltó que con el “desmantelamiento” de la industria farmacéutica “perdemos crecientemente capacidad técnica y profesional en ese campo. Por ejemplo, en 2003 se producía 86 por ciento de los requerimientos de medicinas en el país, aunque la mayoría de los llamados principios activos (la sustancia con efecto farmacológico) provenía del extranjero”, asentó.
Laurell estableció que “México carece de la capacidad para garantizar la seguridad sanitaria de los medicamentos”, y alertó que la situación puede agravarse aún más si se publica el decreto que desaparece el requisito de tener una planta en México para entrar al mercado de medicamentos.