Número 136 | Jueves 1 de noviembre de 2007 |
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Los estereotipos de género influyen considerablemente en el estilo de vida de los niños y las niñas de la calle. Los varones que salen de su casa a temprana edad lo hacen a causa del maltrato familiar, los golpes y la violencia psicológica. Mientras que las mujeres, aunque aguantan más la agresión física, huyen del hogar por la pérdida de un vínculo afectivo, “cuando la chavita ve que la mamá prefiere a su esposo o es abusada sexualmente por el papá, el padrastro o los hermanos, y la mamá no hace nada, no le cree”, explica Gustavo Bertado, coordinador y educador de la organización civil Yolia, Niñas de la Calle. La estructura de género es distinta. A la mujer se le educa para expresar emociones y sentimientos, depender de la defensa y protección masculina, y a ser sumisas trabajadoras domésticas. En cambio, al varón se le dice que toda su vida será el protector, el defensor, el proveedor, expone Bertado, quien además señala que dichos patrones se reproducen en la calle. “Las chavas son mucho más vulnerables a la prostitución y a la violación. Ellas buscan una pareja que les dé de comer, que las mantenga, que les compre ropa”. Las infantes en situación de calle escaparon de un sistema machista y patriarcal, mas se reencuentran con él en las arterias de la urbe. No conocen sus derechos sexuales y reproductivos. Viven su sexualidad bajo el influjo de las drogas, sin conciencia. Piensan que las infecciones de transmisión sexual (ITS) son normales. Cuando acuden a un hospital, les piden una credencial de elector y un comprobante de domicilio que no poseen. Triunfan los obstáculos burocráticos, indica el activista. Este año la asociación puso en marcha el proyecto “Programa de atención a la salud reproductiva de población en situación de calle y riesgo”, financiado por la farmacéutica Pfizer. Hasta la fecha, cerca de mil 250 jóvenes han recibido talleres sobre derechos humanos, así como prevención de embarazos no deseados e ITS, además de que Yolia les ha ofrecido condones, pruebas de VIH/sida, servicio médico gratuito y, en su caso, vincula a las menores de edad con instancias de salud del Gobierno del DF o la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam), con las cuales la organización mantiene un convenio desde hace años. (Christian Rea Tizcareño) |