Usa el tema de reservas de crudo para justificar incursión de inversionistas privados

Critica Canacintra que el gobierno promueva reformas aperturistas

Censura que la secretaria de Energía hable de falta de tecnología y no dé soluciones

Susana González G.

Si ahora el gobierno federal pondera que hay reservas petroleras para 60 años, el objetivo sigue siendo el mismo que cuando alertaba que se estaban agotando: abrir el sector energético al sector privado con el pretexto de que se requieren recursos para explorar y explotar las aguas profundas, aseguró Gilberto Ortiz, vicepresidente del comité de petroquímica de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).

“Me parece muy importante que la percepción de las autoridades comience a abrirse a la realidad de que en México hay mucho petróleo como especialistas, industriales u otros grupos como ha sido el caso de Canacintra hemos demostrado en distintos foros aunque jamás nos hayan hecho caso”, dijo.

Sin embargo, también preocupa que lo hagan “como una estrategia para promover las reformas estructurales aperturistas en el sector energético, en lugar de promover reformas nacionalistas, con el pretexto de que no podemos aprovechar el petróleo que tenemos por carecer de una tecnología similar a la que se necesita para viajar a la Luna. Así que el discursos sigue siendo que necesitamos recursos de fuera”.

El jueves pasado, la secretaria de Energía, Georgina Kessel Martínez, aseguró que México posee casi 100 mil millones de barriles de crudo (entre reservas totales y recursos prospectivos), cantidad que con el actual ritmo de explotación permitirá contar con hidrocarburos durante los próximos 60 años, pero acotó que se requieren “tecnologías comparables a las que se necesitan para enviar un hombre al espacio”.

Gilberto Ortiz manifestó que el gobierno federal nada dice sobre el potencial de petróleo que existe en zonas costeras y pozos cerrados, donde Petróleos Mexicano (Pemex) puede duplicar la producción de crudo, sin necesidad de tecnología espacial, de tal manera que en lugar de 9 años de reservas probadas que actualmente se calculan podría llegar hasta 19 años.

“Cuando el petróleo costaba 8 dólares por barril era insostenible explotar esas zonas, pero ahora que ya está a 72.45 es sumamente atractivo, sin que ello implique que se cancelen los proyectos de aguas profundas pero sí que se programen adecuadamente para que Pemex los explote con los propios recursos que vaya generando sin que tenga que compartir la producción con compañías del exterior”.

Explicó que si Pemex requiere la tecnología de empresas extranjeras para la exploración y explotación de aguas profundas, entonces debe contratarlas para que queden bajo sus órdenes, pero no hacerlas partícipes o compartir de la riqueza nacional “suscribiendo convenios raros como el que se hizo con Petrobras”, para no violar lo establecido por la constitución.

Legalmente, Pemex está en posibilidades de subcontratar a otras empresas para explorar y explotar las aguas profundas, pero debe evitar hacerlo bajo los esquemas de servicios de contratos múltiples o Pidiregas, toda vez que con ello “en los hechos es convertir en socios a los contratistas, lo cual no es aceptable desde el punto de vista jurídico pero tampoco práctico porque es entregar el negocio de los energéticos a empresas privadas”, puntualizó.