Importancia de la conferencia de países del Mar Caspio
No se trata sólo de Irán y la energía nuclear, que es por supuesto un tema. No es sólo el acuerdo de los países del Mar Caspio contra el ataque contra cualquiera de esos países (que incluye el llamado explícito del jefe de Estado ruso oponiéndose al uso de la fuerza contra Irán). Se trata de cinco países, muy relacionados con el petróleo todos, que se apoyan mutuamente ante problemas que tienen.
Los casos de Rusia y de Irán son los más conocidos. El primer país tiene, entre otros, el problema de la intención de instalar bases militares estadunidenses en Polonia y en la República Checa. El segundo, una campaña que le atribuye la intención de fabricar armas de destrucción masiva, argumento que ya se usó para invadir Irak. Azerbaiyán es un caso que debe considerarse, porque estuvo en esta reunión a pesar de que por ahí sale un oleoducto estadunidense, cruzando Georgia y Turquía, hasta el Mar Mediterráneo. El presidente de Turkmenistán declaró con insistencia que eran necesarios cambios en la industria del petróleo y el gas.
Kazajstán es un país del que se ha hablado poco en relación con esto, pero que tiene problemas importantes con trasnacionales petroleras. Vamos a referirnos a él en detalle, ahora que la derecha gobernante está ansiosa por meter cada vez más a esas trasnacionales a sacar nuestro petróleo.
El primer caso kazajo es el del yacimiento petrolero Kashagán. Hace 10 años se firmó un contrato con un consorcio de trasnacionales petroleras encabezado por la italiana ENI (Ente Nazionale Idrocarburi). Se trataba de desarrollar la producción de Kashagán de modo que ésta se iniciara en 2005. Las empresas fueron retrasando la fecha de inicio hasta 2008, y ahora la quieren cambiar, incluso en el contrato, a 2010, para no tener que seguir pagando multas por no haber cumplido con la fecha. Además, las empresas quieren aumentar sustancialmente el costo de sus servicios.
Las causas que alegan las empresas son varias. Una es que el crudo tiene alto contenido de azufre, en forma de 16 a 20 por ciento de ácido sulfhídrico. La intención es reinyectar a presión el vapor del ácido para mantener alta la presión del yacimiento, la cual impulsaría el crudo hacia afuera. Más adelante se instalaría una planta para separar el azufre. Otra causa que se alega es la inclemencia del clima.
¿Acaso no, desde la perforación exploratoria, se conoce la composición del petróleo a ser extraído? ¿Acaso no conocían el clima en el que iban atrabajar hace 10 años cuando firmaron el contrato? El hecho es que hay una situación de conflicto entre las empresas y el gobierno, que se niega a pagarles más caro y a aceptar nuevos retrasos, ahora legalizados.
El otro caso de Kazajstán es otro yacimiento petrolero, Tengiz. Fue descubierto desde 1979, y se le proclamó como yacimiento gigante. También aquí se trata de un consorcio, ahora encabezado por la estadunidense Chevron. Aquí también había mucho azufre, en forma de 16 por ciento de ácido sulfhídrico, pero en este caso se mostró, como ha sucedido en otros países, que esa no es una causa para retrasar durante años la producción, como en Kashagán. Total que están separando el azufre; pero lo más cómodo y barato para ellos fue ir tirando el azufre, formando una gigantesca montaña de 2.8 millones de toneladas, que fueron las acumuladas entre 2003 y 2006. La autoridad local llevó el caso a juicio y se aplicó una multa de millones de dólares. En su defensa, las empresas alegan que están vendiendo azufre a otros países, pero el hecho es que la montaña sigue ahí, en vez de que se aplique un programa para irla reduciendo hasta desaparecerla. El caso está pendiente de solución.
Hay una empresa petrolera, ExxonMobil, que participa como asociada en los dos proyectos, de modo que si en un caso se puede producir, aunque contaminando la zona en serio, no hay pretexto para no producir en el otro.
Uno de los acuerdos en el marco de la conferencia del Caspio fue el que acordaron Irán y Kazajstán, de aumentar en dos veces y media el volumen de su intercambio comercial. Esto ayuda a contrarrestar el aislamiento en que se quiere sumir a Irán, y el que podría ser usado contra Kazajstán por las trasnacionales en el curso de las situaciones conflictivas que comentamos. Otro acuerdo, que no involucra a Kazajstán pero que se da en el marco mencionado, es el compromiso ruso de continuar y terminar la planta nucleoeléctrica de Bushehr, en Irán.
Las experiencias mencionadas deben ser aprovechadas en México. Mientras más meten los funcionarios a trasnacionales a la industria petrolera mexicana, menos control hay. Y cualquier día nos topamos con problemas como los que vemos que se presentan en otros lados.