Participaron en los juegos de Shangai

Regresan con 26 preseas deportistas especiales

Rosalía a. Villanueva

El “¡sí se pudo!, ¡sí se pudo!”, entonado por los atletas participantes en los Juegos Mundiales de Verano de Olimpiadas Especiales que ganaron 26 medallas en Shangai, caló profundo, cuando se echaron a los brazos de sus padres, quienes los recibieron como campeones anoche en el aeropuerto capitalino.

Los deportistas con discapacidad intelectual y síndrome de Down daban besos y repartían sonrisas, mientras sus familiares, con lágrimas en los ojos y flores en la mano, los bendecían por lo obtenido en un país, al que por primera vez salían solos.

Entre ovaciones y los que llevaron la foto de sus hijos en carteles se formaron como familia sin distinción social y se felicitaban para, orgullosos, presentar a sus vástagos, quienes lucían sus preseas ante el asombro de los paseantes que se detenían para observar la fiesta tricolor.

Del contingente de 32 elementos (hombres y mujeres) que participaron en las disciplinas de atletismo, natación, gimnasia rítmica y artística, basquetbol y voleibol, que lograron nueve preseas doradas, 12 de plata y cinco de bronce, dos de ellos sobresalieron: los gimnastas David Rodríguez y Gabriela Flores, con cinco metales.

“Las medallas se las dedico a mi mamá María Asunción Pérez, porque me apoyó. Me siento muy feliz”, dijo David, un joven de 19 años de Comalcalco, Tabasco, con discapacidad intelectual, quien compartía la celebración con Gaby, de Nayarit, de 25 años y síndrome de Down, quien mostraba orgullosa sus medallas doradas.

La nadadora Teresita Santander y Alberto Ontiveros eran de los más felicitados, pero también hubo abrazos y el deseo de superarse para la siguiente edición, como en el caso de la velocista Cinthia Degante Reyes, de 20 años, quien recibió amorosamente a su madre Marina, empleada doméstica de Atlixco, Puebla.

En estos certámenes, México ha logrado 429 medallas en 10 Juegos Mundiales desde 1988.