La compañía de los Países Bajos se presenta por primera vez en el FIC
Emio Greco/ PC esculpe el sonido, la luz y la danza mediante la oscuridad
Escenifican Conjunto di Nero, en el Teatro Juárez
El debut de Danza Didim, de Corea, es el otro plato fuerte de la propuesta dancística contemporánea en el festival
Ampliar la imagen Bailarines de la compañía Emio Greco/ PC, durante un ensayo de la coreografía que presentan en el contexto de la versión 35 del Festival Internacional Cervantino Foto: Yazmín Ortega Cortés
Guanajuato, Gto., 12 de octubre. La danza contemporánea tiene múltiples formas de manifestarse, inclusive diametralmente diferentes, como se verá este fin de semana en el contexto de la versión 35 del Festival Internacional Cervantino (FIC), ya que este viernes debutan aquí las compa-ñías Emio Greco/ PC, de los Países Bajos, y Danza Didim, de Corea. Representantes de ambas charlaron el jueves con la prensa.
Emio Greco/ PC, dirigida por el coreógrafo Emio Greco y el director teatral Pieter C. Scholten, traen la obra Conjunto di NERO, que requiere de total oscuridad que, más que un color, es empleado como una materia por los bailarines para esculpir el sonido, la luz y la danza. La coreografía, con su propuesta teatral, gira en torno de la constante recreación del mismo espacio.
De allí que durante la función se prohíbe tomar cualquier tipo de imagen o emplear teléfono celular. Por la apretada agenda de la compañía es hasta ahora que por vez primera viene a México.
La simplificación, un peligro
Greco y Scholten se conocieron hace más de una década cuando el primero aún bailaba y el segundo todavía era director de teatro. Tenían mucho en común; aunque eran muy críticos del mundo de la danza, también deseaban formular su propio manifiesto acerca de esta disciplina, lo cual les resultó muy sencillo: “Sólo queríamos regresar al cuerpo, a lo que nos podía decir. Ver si el cuerpo era capaz de contar sus propias historias, no sólo las de la obra”, dijo Scholten.
Así que el binomio redactó un manifiesto consistente en siete puntos que, de manera muy poética, empezaban “yo tengo que decirte…”, por ejemplo, que “yo soy mi cuerpo, pero también sigo mi cuerpo”, a la vez que se acompañaban instrucciones escritas. Los demás puntos tenían que ver con “la multiplicación del cuerpo, su inmovilidad, su fragilidad y escaparse de ello.
“Considerábamos la danza no sólo como una forma de arte, sino que de esta manera el bailarín asumía un aspecto muy social y político”. Por lo general, intentaban capturar los orígenes, el por qué en cierto momento el cuerpo se mueve, más allá de una técnica o un estilo.
Greco expresó que existe una tendencia a “abusar” del teatro-danza. Esta relevante modalidad, encabezada por Pina Bausch, con el tiempo se empleó tanto que llegó a “disminuir” la importancia del cuerpo. De modo que la danza acabó siendo la “representación de otra cosa, pero no una representación corporal”.
Greco y Scholten también se manifestaron contra la “fusión” dentro de la danza, por ser “tal vez otra forma de degradación”. Es decir, “la tendencia de mezclar diferentes disciplinas a tal grado que en vez de fortalecerse, perdían un poco de identidad. Existía el peligro de la simplificación”.
Al término de cada una de las tres funciones que la compañía ofrecerá en el Teatro Juárez, los directores charlarán con el público, porque “es bueno encontrar palabras para hablar de la danza. En cierto momento se decía que de la danza no se hablaba, porque no era un asunto de palabras. Por otro lado, como es una forma de arte, debería haber una crítica alrededor de ello para liberarlo”.
Tradición y contemporaneidad
Kook Soo-ho, director de Didim, agrupación fundada hace 20 años, habló de cómo desde hace tres lustros se ha dedicado a investigar para recuperar la antigua cultura de su país, Corea.
Explicó que se tiene una historia muy larga, pero hasta el momento ninguna compañía había ofrecido una danza que se remonte a mil 500 años atrás. Más bien no se había ido más lejos de la última dinastía, pero Soo-ho llega hasta el llamado Goguryeo.
A raíz de sus investigaciones, que lo llevaron a China en 50 ocasiones, Soo-ho aseguró haber hallado “una nueva forma de danza”.
En China encontró elementos históricos, literarios y religiosos que “alimentaron su imaginación”. Con sus coreografías, que mezclan la danza moderna con la china y mongol, se ha producido “un arquetipo de la danza coreana”.
La compañía de Danza Didim ofrece el espectáculo Abran el cielo con danza, integrado por 15 coreografías, como La danza de los cuatro dioses y Canción del pájaro, pero todos con movimientos modernos.