La comunidad judía aplaude sus esfuerzos

Calderón destaca avances en lucha contra el crimen

El jefe del Ejecutivo ofrece impulsar los juicios orales

Claudia Herrera Beltrán

Ante la comunidad judía de México, el presidente Felipe Calderón reconoció ayer que su lucha contra la delincuencia ha dado “algunos pequeños resultados”, y ofreció impulsar la adopción de juicios orales en el sistema de justicia penal.

Después que el presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México, Benjamín Speckman, hizo ver que generan muchas fuentes de empleo formal en el país y aplaudió las políticas de seguridad del gobierno, el jefe del Ejecutivo federal dijo que tienen las “puertas abiertas” para investigar las denuncias, los delitos y los delincuentes que sean señalados.

Calderón Hinojosa, quien acudió acompañado por su esposa Margarita Zavala al banquete en el Club Deportivo Israelita, se mostró cálido con sus anfitriones y en su discurso incluyó algunas palabras hebreas, como shalom.

Al darle la bienvenida, Speckman tradujo en números el peso que tienen los judeo-mexicanos en el país: 70 por ciento de su población económicamente activa es “empleadora”, ya que tienen grandes, medianas y pequeñas empresas.

Ante unos 400 comensales que convocó el comité, Speckman dejó ver que en el “intenso” año 2006 ellos dieron su respaldo tácito al panista, cuando expresaron su confianza en el sistema electoral mexicano y exigieron a los actores políticos que respetaran los resultados sancionados como voluntad de la mayoría.

Pero una vez concluido el proceso electoral, confió en que sus promesas de campaña se vayan cumpliendo, y reconoció en especial su política contra el narcotráfico, el contrabando y el secuestro.

Apoyo a Israel en foros multilaterales

Speckman también dijo que espera que la Secretaría de Relaciones Exteriores muestre en los “hechos” y en los foros multilaterales el respaldo que Calderón dio al Estado de Israel el año pasado. Y citó una frase textual del michoacano quien, como candidato presidencial, reconoció los esfuerzos que realiza Israel para llegar a una paz duradera en Medio Oriente y consideró que éstos debían ser respaldados por la comunidad internacional.

Tras recibir la Menorá de plata, un candelabro de siete brazos –uno de los símbolos más antiguos del judaísmo–, el mandatario prácticamente dio cuentas de su gestión.

Advirtió que no ha titubeado en aplicar toda la fuerza del Estado para asegurar la aplicación de la ley. “Aunque la tarea es ardua y aunque será una lucha de muy largo plazo, ya también podemos ofrecer algunos pequeños resultados, hemos podido observar cómo se reduce la violencia en algunas de zonas, no en todas, donde se han aplicado operativos especiales contra el crimen”, admitió.

Después ofreció una serie de cifras: la detención de 10 mil personas vinculadas con el narcotráfico, entre ellos unos 20 de los líderes más importantes, la deportación de 11 dirigentes del narco, la captura de bandas de secuestradores y los mayores decomisos de dinero ilícito y de cocaína.

Al reconocer que estas acciones son positivas pero insuficientes, anunció que analiza con los legisladores la posibilidad de adoptar un sistema de juicios orales en México, con la finalidad de que la procuración de justicia “no sea tan difícil, tan problemática, muchas veces, incluso hostil para quienes han sufrido el agravio de un delito”.

Minutos antes, al rememorar el 12 de octubre como un “memorial de tragedia”, el jefe del Ejecutivo federal hizo un parangón entre la Conquista de los pueblos indígenas y la persecución que en esa época sufrió el pueblo judío en España.

Asimismo, exaltó las aportaciones que han hecho a México personalidades como el físico Marcos Moshinsky, el cardiólogo Teodoro Césarman, el arquitecto Abraham Zabludovsky, el ex presidente consejero del Instituto Federal Electoral José Woldenberg y el historiador Enrique Krauze.

Se despidió mezclando los términos en hebreo “ame Israel jai vcayam” con “el pueblo de México al que todos pertenecemos también vive y persistirá”.