Se apoyará a mexicanos en la medida que permitan el repunte del espectáculo, dice
Exculpa presidente de la AMET a empresas por falta de coletas atractivos
El público, responsable también por abandonar las plazas en lugar de exigir, afirma
Ampliar la imagen Antonio García El Chihuahua sufrió una grave cornada en la corrida de Guadalajara Foto: Notimex
“Apoyaremos a los toreros mexicanos, pero ante la actual falta de matadores con capacidad de convocatoria, tenemos que movernos con otros criterios para recuperar lo que se invierte”, observa el abogado Alfredo Sahagún, presidente de la Agrupación Mexicana de Empresarios Taurinos (AMET).
–¿No son los empresarios quienes han propiciado esta falta de toreros atractivos para el gran público?
–Ello me parece una simplificación del problema, ya que son varios los factores que intervinieron en la crisis que hoy padecemos, entre otros: primero, en años anteriores, con los maestros Manolo Martínez, Eloy Cavazos y Curro Rivera aumentó considerablemente el número de corridas y disminuyó el de novilladas, al grado de que incluso en poblaciones modestas los carteles los formaban uno, dos o los tres espadas citados. Segundo, de una u otra manera Martínez, Cavazos y Rivera impidieron el paso de los que venían empujando, con la consiguiente interrupción del relevo generacional. Y tercero, las escuelas taurinas carecieron de apoyo.
“No podemos seguir –abunda Sahagún– con un proteccionismo en el ruedo absolutamente lesivo a nuestras inversiones y a la fiesta. Una cosa es apoyar y otra muy diferente consentir. En los años 40, 50 y aún 60, los toreros mexicanos iban a pelear a España, podían con el toro, triunfaban y algunos hasta ganaban dinero.
–¿Debe hablarse entonces de una corresponsabilidad de los gremios taurinos?
–De los gremios sí, pero también del público, que suele desentenderse y abandonar las plazas en vez de exigir y apoyar. Es urgente consensuar dentro de las asociaciones de empresarios, ganaderos, matadores y subalternos y luego entre éstas. Hemos llegado a un punto en que la cordialidad inteligente y el diálogo maduro deben prevalecer por encima de los intereses particulares. Si no, ya se podrán crear 100 nuevas agrupaciones que sin voluntad para emprender acciones conjuntas, no se llegará a nada.
“Los empresarios estamos a la espera de algunos cambios significativos en materia de legislación que puedan incidir positivamente en el curso del espectáculo taurino, lo cual nos permita una mayor libertad en la confección de carteles, libertad que obligará a una mayor responsabilidad y eficacia por parte de las empresas. Como toda crisis, ha generado dificultades y diferencias entre los gremios, pero será oportunidad para corregir rumbos y modificar criterios.
“Ahora –añade el también empresario de las plazas de Guadalajara y Monterrey–, esta coordinación que estamos pidiendo entre los gremios taurinos se la pedimos también a los medios y a la crítica especializada, que tampoco se ha caracterizado por trabajar con objetivos comunes sino más bien por fomentar el divisionismo.”
–Esta mayor importación de toreros ¿no anticipa una gradual sudamericanización de la fiesta brava de México?
–Es que no se trata sólo de importar toreros con probada capacidad de convocatoria o de pelearles las palmas a estos y a los nacionales, sino de estimular con nuevos criterios a los nuestros. Dar más novilladas, apoyar a las escuelas taurinas y, paralelamente, ofrecer corridas con carteles atractivos y más posibilidades de recuperar lo invertido. Los toreros importados se van a dar cuenta de que en México deben gastar en publicidad, ya que siendo figuras en España varios de ellos aquí no son conocidos por el grueso del público. Desde luego el que no desquite lo que se le paga, no vuelve. Lo mismo pasará con los mexicanos.
“La Agrupación Mexicana de Empresarios Taurinos –informa quien también fuera juez de plaza en Guadalajara– envió a la Asociación Mexicana de Matadores de Toros un esquema que favorece a los diestros mexicanos al aumentar el número de puestos aún con la participación de dos o más extranjeros. Del total de puestos disponibles en una temporada o feria, se asignará el equivalente al 66 por ciento a toreros nacionales y el 33 por ciento a extranjeros.
“Por ejemplo: una plaza que dé 10 corridas durante su feria o temporada, en la que estaríamos hablando de 30 puestos si todas fueran tercias, deberán actuar 20 toreros nacionales por 10 extranjeros, dando así cabal cumplimiento a la proporción porcentual que ofrecemos, reservándose el derecho a ejercer ese número de posiciones bajo las combinaciones que como empresa mejor le convengan. Creo que hay que aprender a ser, a no ser y a dejar de ser”, concluye enigmático Alfredo Sahagún.