FIESTA CERVANTINA
El director Eimuntas Nekrosius resalta los rasgos de carácter comunes de la gente
El Otelo de la compañía Meno Fortas destaca el drama de la vida del hombre
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Las revisiones y vigilancia en las calles de Guanajuato por el Festival Internacional Cervantino han sido muy estrictas
Foto: Yazmín Ortega Cortés
Guanajuato, 6 de octubre. Suele olvidarse que los personajes de las óperas y obras de teatro son ficticios; sólo existen cuando pisan el escenario y cada vez son diferentes, como expresó el afamado director escénico inglés Jonathan Miller, en la conferencia magistral que ofreció el viernes pasado con Philip Pickett, director del New London Consort.
El comentario viene a colación por la presentación de Otelo, de William Shakespeare (1564-1616), por parte de la compañía lituana Meno Fortas, traducido como “fortaleza del arte”. Es de todos sabido que Otelo es un moro de piel oscura. Sin embargo, es de imaginarse que la agrupación fundada en 1998 por Eimuntas Nekrosius (1951), no cuenta con un actor de esas características.
Así que, en vez de maquillar al intérprete, decidieron dejarlo del mismo color que los demás integrantes de la compañía. Aunque escogieron a un actor (Vladas Bagdonas), con rasgos diferentes a sus compañeros, por ejemplo, parece tener más edad.
Esta tragedia gira en torno al amor desmedido de Otelo por su joven esposa, Desdémona, tierra fértil para la siembra de dudas que, a la postre darán lugar a los fatales celos. El Otelo de Meno Fortas, estrenada en 1999, una coproducción de la Bienal de Venecia, viene anunciada como una nueva versión del clásico teatral cuya primera actuación de la que se tiene noticia se celebró el primero de noviembre de 1604 en el Palacio de Whitehall, en Londres.
Ya había dicho Tauras Cizas, representante de Nekrosius, que se trata de “una versión que se centra más en el drama de la vida del hombre que representa el personaje de Otelo”. La obra, de hecho, forma parte de una trilogía emprendida por el director formado en el Instituto de Arte Dramático Lunacharsky de Moscú y a quien el dramaturgo estadunidense Arthur Miller llamó “una especie de genio”.
Alguna vez Nekrosius declaró que dicha empresa pasó por casualidad: “Simplemente, sentí la necesidad de producir Hamlet, luego Macbeth y luego Otelo, porque entre las líneas de las obras se ocultan no sólo palabras, sino sentimientos y emociones”.
Montada en el Teatro Principal, el público que se animó a embarcarse en esta aventura de cuatro horas se encontró con un mar a veces calmado, a veces atormentado, mareas, calor, frío, lluvia y viento. Los cinco actos originales de la obra devinieron tres, mientras el primer acto ocurre en Venecia, el resto de la obra tiene lugar en un puerto de mar de la isla de Chipre.
En esa historia de celos, el director ha resaltado los sentimientos y rasgos de carácter comunes a todos los seres humanos, y se ha dedicado a ver cómo nacen y evolucionan. La atención de Nekrosius se centra en Yago, el alférez de Otelo, causante de la tragedia: “En ningún momento he querido recalcar la villanía estereotípica de Yago. En su lugar, he explorado su maldad innata, él nació con ese rasgo, su predilección hacia lo malo y eso lo hace desgraciado”, declaró en alguna ocasión el director.
Homenaje a Monteverdi
Como parte del homenaje al compositor italiano Claudio Monteverdi (1567-1643), cuya ópera Orfeo cumple 400 años, La Petite Bande interpretará mañana domingo en el Templo de la Valenciana Las vísperas de la Santa Virgen (1610). Tanto es el afán de esta orquesta belga de tocar a Monteverdi al pie de la letra que los instrumentos utilizados no sólo fueron mandados a construir especialmente, sino que la manera de posicionar, por ejemplo, los de cuerdas y sus arcos, fueron inspirados en pinturas antiguas.
La cantante estadunidense Laurie Anderson canceló la conferencia magistral que esta mañana estaba programada para impartir en la Universidad de Guanajuato, pero no se explicó por qué. Hoy dará su espectáculo Homeland en la Alhóndiga de Granaditas.