Critican en el encuentro el desvío de recursos económicos y sociales a la seguridad nacional
Líderes latinos se pronuncian en Los Ángeles contra la ocupación de Irak
Es hora de detener la guerra y que las tropas de EU regresen, señala la legisladora Maxine Waters
Por primera vez existen posibilidades reales de cambio en América Latina: embajador venezolano
Ampliar la imagen El salvadoreño Óscar Chacón, director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas, participa en las sesiones del Congreso Nacional Latino que se realiza en Los Ángeles Foto: La Jornada
Los Ángeles, 6 de octubre. Respuestas contra la política bélica de Estados Unidos, la globalización económica y la relación con América Latina fueron los temas debatidos hoy entre líderes nacionales y locales latinos reunidos aquí en el segundo de cinco días del Congreso Nacional Latino.
Explorando vínculos entre la militarización, la pobreza y la migración, líderes latinos se pronunciaron contra la guerra en Irak y criticaron el desvío de recursos económicos y sociales para asuntos de “seguridad nacional”.
El segundo día del congreso fue dedicado a asuntos internacionales y su impacto sobre los latinos, y sobre potenciales respuestas políticas desde esta comunidad.
La reconocida representante federal progresista (demócrata) de Los Ángeles, la afroestadunidense Maxine Waters, declaró ante el Congreso Latino que “no es aceptable que algún político justifique esta guerra”, y ante una ovación dijo que es hora de detenerla y que las tropas estadunidenses regresen cuanto antes.
“Este gobierno recluta a latinos para las fuerzas armadas y para eso no les importa si son indocumentados o no para enviarlos a la guerra”, señaló.
Agregó que es urgente promover “una coalición de latinos, afroestadunidenses, indígenas, asiáticos y la comunidad progresista para detener la guerra”, y señaló que se gastan 11 millones de dólares cada hora en la guerra, por lo que pidió que esta coalición tiene que demandar que esos recursos se dediquen a la educación.
Al citar a uno de sus colegas en el Congreso federal, Waters dijo que Estados Unidos está ocupando Irak, pero a la vez, “el hecho es que Irak ahora está ocupando a este país”.
Dos de los candidatos presidenciales demócratas han confirmado su participación en este congreso (Dennis Kucinich y Mike Gravel), mientras que representantes de todos los demás candidatos presidenciales demócratas circulan por pasillos de este evento.
Todo político en Estados Unidos entiende que la comunidad latina es el bloque de votantes de mayor crecimiento demográfico en este país (y la minoría más grande), y por tanto no sorprende que estos candidatos o sus representantes estén presentes.
Tom Hayden, reconocido activista contra la guerra de Vietnam y después contra la política bélica estadunidense, político local y autor, advirtió contra las promesas de los candidatos presidenciales demócratas y acusó que algunos hasta están pensando en dejar tropas en Irak indefinidamente sólo cambiándoles el nombre a “asesores”, y emplear el modelo que impusieron en El Salvador.
Por otra parte, se realizaron sesiones sobre el impacto de las políticas de “libre comercio”, el fin del Consenso de Washington y los cambios en América Latina, las relaciones con México y sus implicaciones para los latinos aquí.
El embajador de Venezuela en Estados Unidos, Bernardo Álvarez, declaró que “por primera vez en 25 años existe la posibilidad de un cambio radical en la sociedad en democracia y pacíficamente en América Latina”, al hablar de los cambios en Sudamérica.
“Por vez primera hay gobiernos elegidos que tienen posibilidades reales de cambio”, señaló al recordar que no hace tantos años existía “la noción en nuestros países de que era imposible cambiar la sociedad pacíficamente” y que no existía una alternativa utilizando la vía electoral.
Aquí intercambiaron perspectivas, propuestas e iniciativas latinoestadunidenses y latinoamericanos, y aun se explora si hay posibilidades de una alianza real o no, aunque ese problema no existe en la realidad cotidiana de los millones de migrantes que cada día crean una realidad trasnacional.
En las salas y pasillos de repente se entremezclan nicaragüenses, salvadoreños, venezolanos y, obviamente, mexicanos, de aquí y de allá (o todo lo contrario).
O sea, mientras todos aún se identifican como latinos (de Estados Unidos) o latinoamericanos y caribeños, es cada vez más difícil adivinar de qué se habla cuando los oradores se refieren (constantemente) a “nuestra comunidad”.
Aunque hay grandes diferencias e ignorancia sobre América Latina entre los “latinos” de aquí, y se puede decir algo parecido sobre cómo los latinoamericanos ven a los estadunidenses, se veía el comienzo de la posibilidad de una nueva relación entre los latinos de las Américas.
Líderes como Pablo Alvarado (mexicano), de la Red Nacional de Organización de Jornaleros, participaba junto con Óscar Chacón (salvadoreño), de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas, y con Antonio González (mexicano-estadunidense con generaciones en este país), presidente de Southwest Voter Registration and Education Project, todos convocantes y organizadores de este evento.
Todos ellos intercambiaron opiniones con embajadores, cónsules (participaron Rubén Beltrán, cónsul de México en Los Ángeles, y legisladores latinoamericanos) o debatieron con líderes de inmigrantes caribeños del noreste de Estados Unidos.
Encuentro de líderes
Veteranos de la lucha latina e inmigrante como Nativo López, del Mexican-American Political Association de Los Ángeles, estaban aquí junto con nuevos líderes como Ricardo Juárez, de Mexicanos sin Fronteras del área de Washington DC, con John Trasviña, director de Maldef, organización que está por cumplir 40 años, y el abogado José Pertierra, encargado de promover el caso contra el terrorista Luis Posada Carriles.
También están veteranos de guerra latinos y familiares de soldados latinos y mexicanos que han caído en Irak y que ahora protestan contra esa guerra, como Fernando Suárez del Solar, de Proyecto Guerrero Azteca por la Paz.
A la vez que se realizaban talleres sobre asuntos de política exterior, también había exploraciones de otro tipo, como talleres sobre el arte como vehículo para el cambio y la justicia social.
Con ambiente más informal, pero tal vez también más participativo, estos talleres coordinados por jóvenes exploraron técnicas teatrales y debatieron sobre la promoción de los cambios sociales mediante el arte (experiencias como el uso de murales y teatro).
El Congreso Nacional Latino se define como un punto de arranque para lograr consensos entre el liderazgo latino nacional y local, y además para elaborar estrategias políticas que impulsen una agenda latina a escala nacional.
Pero a la vez sirve como un tipo de espejo de la aún poco definida forma de una “comunidad” que podría cambiar no sólo este país, sino todo el hemisferio.
Para mayor información sobre este trascendental encuentro, buscar en www.latinocongreso.org.