Testigo de la violencia en Atenco fue enviada a 8 mil 536 kilómetros de distancia
La noticia se vuelve carne cuando se ha estado allí: Valentina Palma
En el contexto del DOCSDF la estudiante chilena presenta la película Austral hibridez
Ampliar la imagen Valentina Palma en el momento de su detención el 4 de mayo de 2006, en San Salvador Atenco Foto: Mario Antonio Núñez
El jueves 4 de mayo de 2006, la vida de la chilena Valentina Palma cambió drásticamente: se hallaba en San Salvador Atenco filmando y era testigo de los hechos violentos que darían la vuelta al mundo: policías federales y estatales ingresaron al poblado tras casi 24 horas de enfrentamientos con ejidatarios que años atrás habían frustrado un proyecto aeroportuario en el Lago de Texcoco. Ella fue detenida y deportada. De lo que pasó aquel día y posteriormente es la historia de su película Austral hibridez, que presentó ayer miércoles dentro del segundo Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DOCSDF).
En conferencia de prensa, Palma (actualmente embarazada) expuso que ella es el personaje principal de su obra. Las primeras imágenes son grabaciones en vivo hechas desde un helicóptero de Televisa: cientos de uniformados ingresan al municipio a someter a golpes a todos los habitantes: jóvenes, viejos, mujeres, niños. El saldo: decenas de detenidos, incluidos los principales líderes; muchas mujeres denunciaron que los agentes las habían violado.
Tras estas impactantes imágenes de violencia aparece la ventanilla de un avión y una voz en off que dice: “la noticia se vuelve carne cuando se ha estado allí”. Es Valentina desde el avión que la regresa a su natal Chile. Hasta Santiago, 8 mil 536 kilómetros al sur de Atenco.
“Mi nombre es Valentina Palma Novoa, tengo 30 años, de los cuales los últimos 11 he vivido en México. Soy egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y actualmente curso el cuarto año de realización cinematográfica en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Tengo FM 3 de estudiante.
“A continuación quisiera relatar los acontecimientos de los que fui testigo… los cuales terminaron con mi expulsión del país de manera injusta e arbitraria”, señala un fragmento de la carta dirigida a los medios de comunicación.
Desde Chile, después de su expulsión, Palma analiza con sus abogados tres demandas: una para exigir su derecho a concluir su carrera de cinematografía en México; otra penal, contra la corporación policiaca que la detuvo en Atenco, la golpeó, maltrató y abusó sexualmente de ella, y una tercera contra el Estado mexicano por su deportación ilegal.
50 minutos
“El documental se estrenó el 4 de mayo en la ciudad donde estoy viviendo ahora, pero el estreno más grande es aquí, en el DOCSDF. Algunas imágenes me las facilitó el Canalseisdejulio; ellos también estuvieron grabando el operativo en Atenco. En total, el documental dura 50 minutos.”
Sobre el proceso judicial que sigue, precisó que “lo que se ganó fue un amparo. En el fondo lo que se demostró fue que la deportación fue ilegal. Ahora estoy viviendo en Chile; en esta ocasión sólo vine al festival. No tengo planes de volver a México por lo menos en lo que resta del año.
“Tengo que terminar mi carrera, hacer mi tesis. Estoy escribiendo un guión que se basa en los hechos de Atenco; es una ficción. En Chile tengo otros proyectos y estoy trabajando en una corporación cultural que va a abrir una sala de exhibición audiovisual; yo soy la programadora. De a poquito están saliendo proyectos cinematográficos.
“La verdad, hubo momentos en que mi cabeza estaba en otra parte”.
Explicó que Austral hibridez es una “película de viaje. Muestra algunos lugares de Chile con los cuales me voy rencontrando luego de vivir 11 años en México. Llego a la ciudad donde nací, a Concepción, y ahí termina el documental, con el que buscaba curarme un poco y poder ambientarme nuevamente en Chile. Ya tenía más cosas como mexicana que como chilena”, agregó.
–¿Cómo define la deportación que sufrió?
–En términos terapéuticos preferiría aferrarme a lo bueno que me dejó, pero creo que mi experiencia es bastante traumática, no sólo por la deportación misma, sino por todos los episodios de tortura que sufrí antes.
—¿Piensa que es posible que haya justicia en el caso Atenco?
—Creo que en realidad es importante que se haga justicia no sólo en Atenco, sino en todos los casos de violaciones de los derechos humanos. Es importante cerrar esas heridas. Chile es un pueblo con heridas abiertas, por ejemplo.
–Un documental ayuda a no olvidar.
–El que yo hice es en realidad muy personal y en mi vida está Atenco. En Chile me preguntaban si ya lo había olvidado y yo les respondí que no y que no quería olvidarlo.
La cinta Austral hibridez volverá a proyectarse el sábado 6 de octubre, dentro del DOCSDF, a las 18:00 horas, en el Cinemex Altavista.