Las mujeres, con menos posibilidades de obtener trabajo
En el desempleo abierto, más de 22 millones de jóvenes: OIT
En América Latina y el Caribe más de 10 millones de jóvenes se encuentran en el desempleo abierto; 22 millones no estudian ni trabajan y 32 millones tienen empleos precarios, con bajos salarios, sin prestaciones y sin seguridad social.
El informe Juventud y trabajo decente en América Latina y el Caribe, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), plantea lo anterior y revela que dentro del sector de jóvenes, las mujeres aún tienen menos oportunidades de empleo, ya que entre ellas la tasa de desocupación es más elevada.
El documento detalla en este sentido que aproximadamente 16 por ciento de las jóvenes de la región se dedican al trabajo doméstico y otro 30 por ciento ni siquiera tienen ninguna remuneración, ya que se dedican al hogar.
“La maternidad de las adolescentes”, otro problema extendido en la región, impide que miles de jóvenes puedan tener un empleo productivo, indica la OIT y añade que son precisamente mujeres con poca escolaridad, pobres y solteras, las que tienen menos oportunidades de conseguir un trabajo, y cuando lo hacen aceptan cualquier condición que les imponen los empleadores.
En tanto, entre los hombres que llegan a la mayoría de edad, gran parte de ellos recurren al autoempleo, en buena medida ante la falta de oportunidades, ya que 46 por ciento de los desempleados de la región son jóvenes.
Esto es porque más de 10 millones de personas jóvenes no tienen ningún tipo de trabajo, es decir, se encuentran en el desempleo abierto y así pueden pasar varios años antes de que consigan una plaza. Además, 22 millones no trabajan ni estudian y en su mayoría dependen económicamente de su familia, según apunta esta organización.
Añade que este subsector de personas en edad de trabajar sufren de exclusiones y discriminación por raza, procedencia geográfica, origen ético, apariencia, edad y hasta por razones políticas, por lo que son las mujeres y sobre todo las indígenas las que menos posibilidades tienen de acceder a un empleo bien remunerado y con seguridad social.
Para la OIT es fundamental que todos los gobiernos de la región instrumenten políticas públicas de largo plazo para vincular a los jóvenes con las oportunidades de empleo, y establezcan sistemas educativos diferentes a fin de que haya mayor enlace entre preparación académica y opciones laborales.