Los deportistas, un ecuatoriano y un español, tuvieron paros cardiacos
Otra vez las canchas se visten de luto; fallecen dos futbolistas
Fue una semana negra, pues murieron cinco jugadores
Madrid, 2 de septiembre. Dos nuevos casos de “muerte súbita” en el deporte se conocieron hoy para cerrar una semana de cinco fallecimientos: cuatro futbolistas y un jugador de voleibol.
El delantero ecuatoriano Jairo Nazareno, de 21 años, murió el sábado en la ciudad de Riobamba, debido a un paro cardiaco que sufrió tras un partido de futbol. Nazareno jugaba para el Chimborazo FC, que venció 3-1 a la Liga Politécnica, de la segunda categoría.
El entrenador Ramiro Sucuy informó que el joven se había retirado a las gradas tras el partido que ganaron 3-1 y en el que anotó uno de los goles. “De repente empezó a sentir un fuerte dolor en el pecho y antebrazo y lo trasladamos de urgencia al hospital”, señaló.
Según el informe médico, recibió “animación avanzada del corazón” y tras una hora de esfuerzos se produjo el deceso.
El mismo día, un futbolista español también murió debido a un paro cardiaco, en este caso tras la disputa del partido. Angel Arenales Torres, jugador de 31 años del Club Veteranos del Atlético Sobrarbe, en Huesca, en el norte de España, murió tras un encuentro amistoso en el que había anotado un gol.
“Se desvaneció como Puerta. Lo vimos caer delante mismo de nosotros. Ya había acabado el partido, Ángel se acercó hacia los vestuarios. Le dijimos que había jugado fenomenal. Nos contestó que se encontraba mal. No le dio tiempo a decir nada más”, relató Amadeo Monedero, vicepresidente del club.
“Se derrumbó y rápidamente llamamos al médico de urgencia a Monzón para intentar salvar su vida. No se ha podido hacer nada. Le estábamos diciendo que lo habíamos visto tan bien sobre el campo, que inclusive podría volver al equipo del Atlético Sobrarbe que compite en primera regional, conjunto en el que jugó la pasada temporada”, continuó la narración sobre el jugador que era soltero y trabajaba en una carnicería de Aínsa.
“Nadie le había observado nada extraño en los días recientes. Era una persona totalmente normal, sin mayores problemas. Nunca se esperan estas cosas, pero en una persona con la vitalidad de Ángel, menos todavía”, concluyó Monedero.