La CNTE entrega un contrainforme en el que señala que “el país está a la deriva”
“Lo que queremos es la renuncia de Calderón”, dicen integrantes de la CND
Ampliar la imagen La actriz Jesusa Rodríguez da conocer los resultados de la resistencia civil Foto: Marco Peláez
La Convención Nacional Democrática (CND) celebró en el Zócalo capitalino que Felipe Calderón Hinojosa no pudiera presentar su Informe de gobierno en el salón de plenos de la Cámara de Diputados, que los legisladores perredistas desairaran al panista y que éste no pudiera colocarse la banda presidencial en el Palacio Nacional, como acostumbraban los mandatarios de México.
Rafael Hernández Estrada, del equipo operativo de la CND, definió así la ceremonia en el Palacio Legislativo: “Calderón llegó al presídium y entregó el Informe a puros diputados y senadores panistas, en medio de curules vacías, que representaron un acto partidario”.
En tanto, la actriz Jesusa Rodríguez resaltó que se cumplió el objetivo de la resistencia, tanto en San Lázaro como frente a Palacio Nacional. En el segundo caso porque, gracias a la protesta que realizaron en la Plaza de la Constitución, el sucesor de Vicente Fox ni siquiera pudo ingresar al inmueble por la puerta de atrás, “como acostumbra hacerlo”.
A las 13 horas de ayer, decenas de personas comenzaron a congregarse alrededor de un templete instalado en uno de los extremos de la plancha del Zócalo, de cara a una manta de varios metros de longitud, con el nombre de Andrés Manuel López Obrador, colocada en las vallas situadas frente a Palacio Nacional.
En un costado, otra leyenda relucía ante la Catedral Metropolitana: “un presidente ilegítimo es un peligro para México. No a la guerra sucia, oculta y de baja intensidad. No queremos Informe, queremos su renuncia”, refiriéndose a Calderón Hinojosa.
Las siete horas que duró la protesta –presenciada por el diputado Jeremy Corbyn, del Partido Laborista británico– fueron revestidas con la participación de grupos musicales y de teatro en contra del fraude electoral de 2006 y contra el panista que hoy ocupa la Presidencia de la República. También estuvieron los moneros El Fisgón, Hernández y Helguera, quienes hicieron una parodia del Informe presidencial.
Durante todo ese tiempo hubo mentadas de madre, gritos y cartulinas con diversos calificativos para la figura de Calderón: “espurio, pelele, usurpador, títere, pirata”, entre otros, acompañados de expresiones en favor de Andrés Manuel López Obrador, a quien consideran el “presidente legítimo” de México.
El clímax de la manifestación se dio cerca de las 17 horas, cuando desde una televisión instalada en el templete los de la CND siguieron lo que ocurría en San Lázaro. Entre aplausos y gritos de “Obrador, Obrador, Obrador” celebraron la salida del salón de plenos de los perredistas y de la presidenta de la mesa directiva, Ruth Zavaleta. Y cuando Calderón apareció en el monitor lo abuchearon.
Una vez concluido el acto en el Palacio Legislativo, representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación presentaron un contrainforme, subrayando que “nuestro país está a la deriva porque tenemos un presidente no legítimo, constantemente cuestionado y que busca legitimarse con acuerdos cupulares”.
Ezequiel Rosales, de la sección 22 de Oaxaca, advirtió que “el deterioro de la educación, la cultura y la vida social van creando condiciones para una rebelión social, y de no ponérsele atención muy pronto esto hará explosión”.
A su vez, Artemio Ortiz, de la sección 18 de Michoacán, presentó los resultados de una consulta aplicada del 2 de julio al 29 de agosto recientes entre 273 mil 220 personas mayores de 15 años, donde, sostuvo, se refleja que Calderón es un “gran perdedor”. Destacó la pregunta sobre si el panista es “presidente espurio, producto de un fraude”; 147 mil 580 personas dijeron que sí, y 69 mil 520 que no.
Hoy integrantes de la resistencia civil –algunos de los cuales pernoctaron en el Zócalo capitalino– tratarán de evitar que Calderón ingrese a Palacio Nacional para dar un mensaje con ocasión de sus primeros meses de gobierno, no obstante el cerco policiaco que se instaló en torno a la Plaza de la Constitución.