Usted está aquí: sábado 1 de septiembre de 2007 Cultura Bach en lino blanco

Bach en lino blanco

El inicio es perfecto: una invocación yoruba, un canto convocante de la santería cubana que enseguida se entremezcla con la anacrusa alemana, barroca además, del Tercer Concierto de Brandenburgo de Johann Sebastian Bach. El disco se titula Bach to Cuba (juego de palabras que asocia, en inglés, a un imaginario Regreso a Cuba: Back to Cuba) y es uno de esos experimentos exitosísimos de músicos sin telarañas en el cerebro, y en pleno ejercicio de la libertad y el gozo se lanzan a estas aventuras bien libradas.

Se trata de la puesta en vida de los Conciertos de Brandenburgo de Bach a cargo del músico Emilio Aragón al frente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y una batería estupenda de percusiones afrocubanas.

Es una nueva incursión valedera del universo insondable, inagotable, de la música de Bach, introducida en otras esferas, otras voces, otros ámbitos. Cuadra a la perfección con los ritmos afrocaribeños.

Bach con peluca morena y la bembá colorá, bailando sus conciertos brandenburgueses con la alegría, soltura y prestancia que sólo tienen los cubanos (¡ven acá, niño!, le imprecan amorosamente las mulatas con quienes baila el Jefe Bach, quien ahora cambió su casaca escarlata por un fino traje de lino blanco. Y baila sus Brandenburgueses, chico, con beldades cubanas que nunca mienten, bailan).

En Disqueros anteriores hemos recomendado otras versiones de estos conciertos bachianos: la de Jacques Louissier con su trío de jazz, por ejemplo, o la de Walter/ Wendy Carlos con sus sintetizadores alucinógenos, o esa belleza de disco llamada Lambarena. He aquí, entonces, nuevos motivos de gozo.

 
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