Cruz Azul permitió mostrarme y le estoy agradecido, dijo
Chelito Delgado quiere una oportunidad para ir a Europa
Gracias al futbol mexicano fui parte de la selección argentina, indicó
Ampliar la imagen César Delgado considera que el presente torneo será determinante y quiere recuperar su nivel Foto: Marco Peláez
Nació en un barrio pobre y de niño juraba que nunca llegaría a primera división, pero apenas debutó en Rosario Central se convirtió en figura. Poco después jugaba en otro país y hoy, a sus 26 años, pelea por la oportunidad de llegar al máximo circuito: Europa.
“Yo era feliz como todos los pibes del barrio Las Flores, corriendo detrás de la pelota en cualquier espacio. Ahí nací, en el arrabal, y ahí me críe, entre la gente más linda del planeta. Nunca tuve ni siquiera la más mínima esperanza de jugar en un club”, confesó alguna vez el Chelito Delgado al diario argentino Clarín.
El talento fue más que las adversidades y a sus 22 años tuvo que hacer maletas para salir de su Rosario natal hacia un rumbo desconocido: México.
“Me acuerdo cuando se dio esto de venir. Estaba preparando el bolso y todo era muy raro, extraño porque era la primera vez que iba a salir de mi ciudad y de mi país, no conocía nada”, relata hoy a La Jornada con algo de nostalgia.
Y rápidamente replica: “Por suerte me salieron bien las cosas. Pude adaptarme rápidamente y creo que gracias al futbol mexicano fui parte de la selección de Argentina.
“Cruz Azul me abrió las puertas para mostrarme y soy un agradecido al club, al futbol y a la gente de México que me brinda un cariño muy lindo.”
Su balance es indudablemente positivo, porque tuvo seis temporadas excelentes con un promedio de siete goles. Se convirtió en el alma del equipo y maduró un estilo propio y deslumbrante que combina habilidad, irreverencia y creatividad, jugando sobre la línea como wing de antes.
Chelito en México
Por lo experimentado estos cuatro años, dice que el futbol de este país es más lento que el argentino, “pero tenés más espacio de parar la pelota, girar, levantar la cabeza y buscar a un compañero. Además es muy complicado a la hora del mano a mano”.
También considera “muy lindo” que “acá se pueda ver que dos hinchas rivales estén juntos mirando el partido y no haya quilombo”.
Para mejorar, apunta, “habría que trabajar más en las fuerzas básicas”, porque “mientras sigan saliendo jugadores jóvenes será importante no sólo para las instituciones que representan, sino para el futbol mexicano”.
Pero no todo ha sido dicha en su paso por el balompié nacional, porque su rendimiento decayó drásticamente durante el torneo Clausura 2007, cuando pasó de lesión en lesión y sólo marcó un gol.
“Estoy consciente de que tuve una temporada regular, que no fue bueno en lo personal”, admite, y enumera una operación de meniscos, la difícil recuperación y un desgarre importante cuando empezaba la pasada liguilla.
“No me sentía bien, tenía miedo de meter la pierna por muchas situaciones, la sentía rara”, dice, y asegura que la causa de sus males fue no realizar pretemporada.
Y se desmarca de la coincidencia entre su bajón y el abandono de la afición al equipo cementero: “la responsabilidad es de todos. La gente debe entender que los partidos no los gana un solo elemento. Esto es un juego de equipo, en el que entran 11 a la cancha y todos hacen su trabajo para conseguir un resultado, también los suplentes”.
Presente y futuro
“Me estoy sintiendo bien”, asegura, “y espero poder explotar en estas fechas, con la ayuda de mis compañeros. Eso me facilitará mucho las cosas para tener un nivel alto, para bien del equipo”, agrega.
Delgado sabe que este torneo será determinante en su vida y lo enfrenta decidido a recuperar su juego y alcanzar un segundo aire para devolver alegría a La Máquina, reintegrarse a la selección albiceleste y cumplir el sueño de todo futbolista: jugar en Europa.
“Estoy muy tranquilo y las expectativas son buenas para el equipo. Ahora estoy metido acá, en hacer un gran torneo grupal y después en lo personal, en diciembre se verá lo que pase, no está nada definido”, sostiene.
Aparece entonces el tan mencionado último mes del año, cuando el club se comprometió a considerar su pase al viejo continente, tras varios años de infructuosas ofertas desde allá.
–¿Tienes ganas de jugar en Europa?
–Sí, obviamente tengo muchas ganas, pero para eso debo estar en un gran nivel acá y estoy trabajando en eso, día a día.
Forzado a explicar sus razones para ir al viejo continente, se muestra otra vez sincero y directo: “Los grandes futbolistas están allá y quiero ver qué tan lindo es ese futbol, jugar con todos ellos. Estoy muy agradecido con Cruz Azul por estos años, pero la idea es poder salir a buscar nuevos horizontes.
“Mis expectativas son seguir creciendo como jugador, no quiero estar tanto tiempo en un club por reto personal de fijarme metas, y creo que tengo las condiciones de poder ir allá, por eso quiero que se me dé una oportunidad.”
Ante las ya frustradas transacciones y la posible negativa a fin de año aparecen como referencia obligada las palabras de Diego Armando Maradona, tras la sanción por dopaje en el Mundial de Estados Unidos 1994.
–¿Sentís que ya te cortaron las piernas?
–No, todavía estoy joven. Creo que estoy en la edad justa de poder ir a Europa y espero que me den la oportunidad, creo que todavía estamos en el camino correcto.