Habla Gunther Schuller, presidente del premio Eduardo Mata de dirección

Difícil para jóvenes directores brillar en las mejores orquestas del mundo

Quizá no cuentan con suficientes conexiones políticas para acceder a puestos de gran calibre, explica a La Jornada

Quien esgrime la batuta “debe tener respeto total por la partitura”

monica mateos-vega

En los pasados 50 años, con las excepciones de Gustavo Dudamel y antes de Esa-Pekka Salonen, ningún joven director artístico ha tenido una posición importante al frente de alguna de las mejores orquestas del mundo, por lo cual es complicado darse cuenta del talento que las nuevas generaciones poseen, asegura el compositor Gunther Schuller (EU, 1925).

“¿Por qué sucede esto?, es algo difícil de explicar, quizá porque, a pesar de tener hasta 20 años de experiencia, algunos jóvenes no cuentan con suficientes conexiones políticas para acceder a puestos de gran calibre”, señala en entrevista el prestigiado músico, quien fungirá como presidente del jurado del Premio Internacional Eduardo Mata de Dirección de Orquesta.

El certamen se llevará a cabo en la ciudad de México a partir de la próxima semana, organizado por el programa cultural Instrumenta Oaxaca. Se han seleccionado ya a 18 jóvenes finalistas para las últimas tres etapas del concurso, que se realizarán entre el 4 y el 9 de septiembre en la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario.

Participan directores de 11 países en pos de 10 mil dólares y de la invitación para dirigir conciertos con 12 orquestas en México.

El jazz no necesita directores

Schuller, un personaje en el mundo del jazz y en los círculos de la música clásica, señala desde su casa en Boston, que si bien existen jóvenes muy talentosos, que tienen alrededor de 30 años de edad, no se sabe si son realmente buenos, pues “uno de los problemas de la dirección actual es que quienes tienen talento, por alguna razón u otra, no son capaces de avanzar en su profesión.

“He conocido, en los recientes 20 años, a muchos jóvenes compositores, muy buenos, que a la fecha no tienen alguna posición significativa en la escena musical, no obstante tener dos décadas de experiencia. Si no ocupan un puesto relevante en alguna de las mejores orquestas del mundo, nunca se sabrá si son realmente buenos. Claro, ¡también hay unos muy malos!”

El también arreglista e intérprete considera que un buen director de orquesta debe tener esta filosofía: “demostrar un respeto total por la partitura del compositor y un conocimiento absoluto de cuál es el contenido de esa obra. Es una tarea muy complicada.

“La gran mayoría de los directores que son muy famosos no respeta la partitura, algunos ni siquiera conocen qué es lo qué está escrito en ella, ni desde el punto de vista histórico o estético. Por lo general, sólo ven la superficie de la música y ni siquiera les preocupa enterarse qué es lo que está escrito. Hacen una interpretación ‘personal’. Es uno de los errores más comunes en los directores de renombre, podría dar muchos ejemplos.

El autor de piezas como Seven studies on themes of Paul Klee, 1959), considerado uno de los pocos compositores que hacen jazz y música clásica, explica que no requiere que un director de orquesta empiece necesariamente en la música clásica, “pueden emerger directamente del jazz, pero una de las ausencias reales en la música es precisamente que en el jazz no se necesitan ahora directores.

“El jazz se toca hoy con grupos muy reducidos: cuartetos, quintetos, a lo mejor una big band de 10 integrantes, que no necesariamente requiere director.

“La figura de director de orquesta en el jazz no responde a la imagen convencional de director, por eso, son muy pocos, raros, los casos de compositores que solicitan un director.

“¿Cómo se logra hacer la transición de un género a otro? Es muy sencillo: hay que estudiar ambos y tener el mismo respeto por una obra de música de jazz como por una clásica.”

Abrirá la cátedra Carlos Chávez

Durante su visita a México, Schuller impartirá un curso de dirección orquestal, además de que inaugurará la primera cátedra musical en el país –llamada Carlos Chávez, en honor al gran músico mexicano–, a invitación de El Colegio de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes e Instrumenta Oaxaca.

El compositor critica el daño que le hacen a la música los directores que no conocen bien las obras de los grandes autores, y añade que “es un problema también que al público no le interese el que no se respete la obra, porque ahora existen miles y miles de versiones grabadas de grandes piezas, que no son perfectas.

“A lo mejor las notas musicales están perfectas, pero las dinámicas de interpretación no, y eso causa algún grado de daño a la obra. Por tal motivo, lo que deseo enseñar en mis cursos, una de mis metas, es lograr que un director de orquesta estudie, que respete las obras, para que su interpretación sea nítida.”

Entre los músicos que compiten por el Premio Internacional Eduardo Mata de Dirección de Orquesta, figuran Miguel Salmón del Real (México); de Corea del Sur, Yoonm Seungup y Jakyung Year; de Estados Unidos, David Cho, Eduardo Espinel, Robert Katkov-Treviño, Eugene Tzigane Mcdonough, Rebecca Millar y Case Scaglione; los españoles Hilari Manuel García y Octavio Masarocas; Marcos Arakaki (Brasil), Claus Efland (Dinamarca), Carolyn Kuan (Taiwán), Víctor Kulikov (Rusia), Manuel López (Venezuela), Dirk Meyer (Alemania) y Simeone Tartaglione (Italia).

El concurso terminará con un concierto abierto al público, el 9 de septiembre en la Sala Nezahualcóyotl.

En la última etapa del certamen, los directores deberán dirigir obras de Robert Schumann, Johannes Brahms, César Franck y Carlos Chávez. Los otros integrantes del jurado son José Luis Castillo, Eduardo Diazmuñoz, Emily Freeman Brown y Neil Thomson.