El Presidente responde que deben aprovechar la oportunidad de exportar a EU

Cañeros admiten ante Calderón que viven “con ansiedad” por la apertura comercial

El mandatario reapareció con gesto adusto luego de dos días de actividades privadas

Claudia Herrera Beltrán

A cuatro meses de la eliminación total de aranceles a productos agrícolas como parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el presidente Felipe Calderón pidió ayer a industriales y trabajadores cañeros aprovechar la “oportunidad” que representa tener acceso a Estados Unidos, uno de los mercados más grandes del mundo.

Aunque enfrenta las exigencias de “honestidad” que el presidente consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, hizo al mandatario, y las negociaciones sobre su primer Informe de gobierno, no hizo ningún señalamiento al respecto; sólo insistió en que nadie quiere ver un México dividido ni un sector cañero derrotado por la competencia.

El mandatario tuvo un acto público luego de haber dedicado dos días a sostener reuniones privados para negociar su asistencia al Palacio Legislativo y a preparar el mensaje que pronunciará en Palacio Nacional el próximo domingo.

La mañana de ayer, el jefe del Ejecutivo reapareció con gesto adusto, que volvió de desagrado cuando un fotógrafo bostezó ruidosamente en plena ceremonia realizada en el salón Manuel Ávila Camacho.

Durante la presentación del nuevo contrato-ley de la industria azucarera hizo una férrea defensa del capítulo agrícola del TLCAN, al señalar que representa una oportunidad, porque a partir de 2008 el azúcar mexicana será la única en el mundo que entrará sin arancel a Estados Unidos.

Aunque antes había reconocido que para muchos productores agrícolas los nuevos escenarios de comercio internacional se perciben difíciles, también representan, dijo, una oportunidad de crecimiento de las exportaciones, de la inversión y de la generación de empleos.

Se mostró confiado en que a partir de 2008 trabajadores, productores, gobierno y cañeros podrán producir caña de azúcar de calidad a precios competitivos, que permita, inclusive, expandir las posibilidades del sector.

Para aprovechar estas oportunidades aconsejó estar preparados, unidos y privilegiar el futuro sobre la coyuntura, la cooperación que suma sobre las diferencias que dividen.

A su vez, el líder del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana, Enrique Ramos, había expresado que a escasos cuatro meses de que se abran las fronteras al comercio azucarero, viven “con ansiedad” en este momento.

Calderón estaba “orgulloso”, porque horas antes se firmó un nuevo convenio que regula las relaciones laborales entre el citado sindicato y la Cámara Nacional de la Industria Azucarera, y que sustituye a otro que databa de 1936.

Juan Cortina, el rudo

Javier Lozano, secretario del Trabajo, también estaba contento, porque “nadie sabía bien a bien lo que podría venir, conocíamos ya el estilo y las cuidadosas formas del presidente saliente (de la Cámara de la Industria Azucarera y Alcoholera), Aarón Sáenz, el técnico; pero temíamos que con la llegada de Juan Cortina, el rudo, las relaciones laborales entraran en una nueva etapa de conflicto. Afortunadamente el pronóstico falló y Juan Cortina demostró ser un líder fuerte, pero con un gran sentido práctico”.