Presentaron La organización, primera novela del colaborador de La Jornada
Octavio Rodríguez Araujo propone “una metáfora sobre el futuro que nos espera”
“Muy bien urdida la trama, bien narrada, bien escrita”, La organización, primera novela de Octavio Rodríguez Araujo, resulta de “lectura obligada” no sólo para aquellos que frecuentan el thriller político, “sino para todo buen lector”.
Así se refirió Carlos Payán al libro del politólogo, coeditado por Orfila y Jorale, presentado la noche del martes en la Librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica.
El director fundador de La Jornada rememoró primero el inicio de su amistad con Rodríguez Araujo, a mediados de los años 60 del siglo pasado: “Hemos sido amigos desde entonces y no hubo entre nosotros, en todo ese tiempo, como dice el poema de López Velarde, ‘ni sombra, ni disturbio’”.
Hace poco –añadió Payán–, “mes y medio tal vez, me dijo que había escrito una novela, que desearía la leyera y me entregó un ejemplar”.
La leyó, dijo Payán, primero con curiosidad: “qué novela habrá escrito este amigo mío, politólogo contumaz, maestro emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, ensayista, columnista de periódicos y revistas, gustador de tangos y automóviles, gourmet y etcétera”.
Conforme avanzó, la lectura de La organización se le fue convirtiendo en una “agradable sorpresa” hasta que terminó como un “verdadero deleite”.
Antes, el crítico literario Julio Ortega refrendó el comentario que escribió para la solapa del libro: “Siempre he sospechado que detrás de todo científico político hay un novelista. Obviamente, La organización lo confirma ampliamente”.
Quizá, abundó, “no sea tan extravagante esta posibilidad, ya que la política es la indeterminación, de otra manera no estaríamos sufriéndola, y la novela es el género de lo indeterminado”
En todo caso, “pienso que la novela de Octavio es también una conversación, y quizá la política también sea una gran conversación”.
La organización es “una metáfora extraordinaria sobre el futuro que nos espera, una gran organización política, sin nombre, una especie de entidad suprema de poderes sumados y de total control de la humanidad; es una metáfora por momentos del Opus Dei, quizá de los masones, tal vez de los nazis, quizá de la globalización”.
Y en todo caso –concluyó Ortega– “la política es en sí misma novelesca y esta novela pertenece a una gran tradición que viene probablemente desde La república de Platón, en la cual se propone que la política es el arte de combatir a los animales, desaparecer el mundo primario e imponer la polis, la ciudad. Si Maquiavelo nos dijo que la política es el arte de mantenerse en el poder, esa organización sería un sueño de la razón maquiavélica que es una pesadilla que quizá vivimos”.
Escrutinio de la realidad
Por su parte, la actriz y senadora María Rojo recordó que “las novelas, como el cine, siempre se han caracterizado por su capacidad de poner en tela de juicio nuestras certezas. Cuando en una historia se nos da una dosis bien mezclada de realidad y ficción, como en el caso de La organización, con frecuencia sucede que al dejar el libro comenzamos a cotejar lo ganado con la experiencia, gracias a la ficción admitimos que la ficción es el otro camino para descubrir verdades”.
No me resulta extraño –añadió Rojo– “que Rodríguez Araujo haya decidido escribir una novela, ni que la misma tenga como trasfondo sus preocupaciones políticas y académicas. En él vemos cómo el científico social y el novelista observan con detenimiento y profundidad la realidad para luego hacerse la pregunta mágica: ¿y qué tal si…?”
Rodríguez Araujo contó que decidió incursionar en la literatura y se mostró “entusiasmado” con las opiniones de sus amigos, “que podían haber sido más tacaños con sus comentarios, pero resulta que se han desbordado en elogios que, la verdad, me gustan, me siento muy contento y me dan más seguridad como novelista”.