Piden que se le mantenga el respaldo, pues “no tiene otro lugar adónde ir”
Seropositivos externan su preocupación por la posible expulsión de compañero en un albergue
Integrantes de la agrupación Usuarios Seropositivos de los Servicios de Salud del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (USSSINER) expresaron su preocupación por la situación que atraviesa uno de sus compañeros en el albergue Arbol de la Vida, Enfermos en Superación.
Señalaron que es responsabilidad de la IAP el bienestar de sus beneficiarios, y en el caso de las personas que viven con VIH/sida, además de los medicamentos antirretrovirales, una buena alimentación y una vida libre de tensiones son fundamentales para la conservación de su salud. Por ello deploraron el conflicto de uno de sus compañeros que vive en el albergue desde febrero de 2006. Está ahí porque no tiene a dónde ir, “y si lo recibieron, lo que le ocurra será responsabilidad de la institución”.
Rubén Valdés, presidente de USSSINER, comentó que de acuerdo con su estado de salud, cada paciente debe cubrir ciertos requerimientos de alimentación, la que en muchas ocasiones es condicionada por el tipo de medicamentos que consume.
Desde hace unos dos meses, el albergue Arbol de la Vida atraviesa por un conflicto entre los usuarios de ese servicio y la presidenta y fundadora de esa institución de asisttencia privada (IAP), Emma Medina Martínez. El problema principal, según esta última, es con un inquilino, Pedro, paciente con VIH/sida, quien presenta un deterioro en su salud que le impide trabajar. No tiene a dónde ir y sin embargo, Medina Martínez ya le notificó que será dado de baja.
En entrevista con este diario, la presidenta de Arbol de la Vida afirmó que la única manera de que se tranquilice la situación en el albergue es con la salida de Pedro. Y es que, dijo, varios de los pacientes con VIH/sida y otros males se han negado a comer. Ellos afirman que los alimentos son de mala calidad y –según dijeron– quienes los consumen se enferman del estómago.
Entre Emma Medina y Pedro ha habido severas discusiones con las que únicamente se ha acrecentado el encono. Además de rechazar la veracidad de los reclamos de los enfermos, la presidenta afirma que nadie la obliga a mantener al paciente en su albergue y él opina que por tratarse de una IAP, que recibe donativos de diversas instituciones y empresas, tiene la obligación de cumplir con su función social, en este caso, de ayudar a enfermos que como él, carecen de medios de subsistencia.
Arbol de la Vida se promociona como una institución que ayuda a las personas a “aceptar su realidad, mediante la comprensión, el amor y la solidaridad” que los pacientes encuentran en el grupo. Con ello, dice el folleto, “algunos hemos logrado recuperar la salud, o cuando menos, estabilizar nuestro malestar, alcanzando la tranquilidad y esos pocos días que nos dieron de vida se han convertido en meses y años”.
Actualmente hay allí cinco personas con VIH/sida, uno con mal de Parkinson y otro con un mal de próstata que no ha podido recibir la atención médica que requiere.