Sinfonías, de Mario Lavista, La consagración de la primavera y Angeles negros
Con 3 joyas de la música universal abre hoy el simposio Pensar la vida
Será una forma de celebrar la existencia, el cuerpo y el alma, asegura el compositor
El encuentro se realizará en el Aula Mayor del Colegio Nacional, a las 20 horas
Ampliar la imagen El maestro Mario Lavista, durante la conversación con este diario Foto: José Carlo González
Tres obras singularísimas, ilustrativas de otros tantos momentos en la historia de la música en México y el mundo, serán interpretadas en el programa inaugural del simposio transdisciplinario Pensar la vida, que comienza hoy en el Colegio Nacional.
El compositor Mario Lavista, miembro de la institución y diseñador del programa, explica que cada una representa una forma distinta de celebrar la vida, el cuerpo y el alma.
Las obras de referencia son una versión poco conocida para dos pianos y percusiones de La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky; el cuarteto Angeles negros (1970), de George Crumb, deudora de la tradición polifónica de Occidente y caracterizada por su simbología numerológica, y el cuarteto Sinfonías, del propio Lavista, realizado en 1995 por encargo de una melómana estadunidense para que fuera interpretado en su funeral.
De estas obras y de la relación música-vida habla el compositor en entrevista.
La consagración de la primavera -que será interpretada en la segunda parte del programa- es para Lavista "una de las obras maestras de la literatura musical de todos los tiempos". La versión que se tocará en el Colegio Nacional fue hecha para piano a cuatro manos, pensada originalmente para los ensayos de los bailarines de los Ballets Rusos de Serguei Diaghilev, quienes la estrenaron en 1913 (la coreografía fue de Nijinski).
En esta ocasión se utilizarán dos pianos, "porque a cuatro manos se convierte en una obra muy difícil desde el punto de vista mecánico y técnico, dado que hay muchos cruces de manos. Es gratuitamente compleja".
No se trata solamente -explica Lavista- "de una transcripción de la partitura orquestal, sino de una obra para piano en sí misma, como una versión en blanco y negro que acentúa las ásperas disonancias de la obra".
Una particularidad extra son las percusiones que añadió el grupo Tambuco, tomadas de la partitura orquestal. Oírla en piano permite percibir "en toda su crudeza las disonancias, la polirritmia tan compleja que tiene la obra y, además, nos damos cuenta de que es de una modernidad bruta".
Celebración del alma
A diferencia de La consagración..., el cuarteto de George Crumb no celebra la vida de la carne y la naturaleza, sino la del alma: "Así tiene que ser tratándose de música religiosa".
Angeles negros -icono con que los pintores antiguos representaban al ángel caído- "posee una importantísima simbología numérica: está guiada por los números siete, 13 y 49. El número de movimientos es 13, así como 13 son los segundos que separan a cada una de las tres partes de la obra; siete, 13 y 49 (7x7=49) define el número de notas que hay en una frase musical.
Música para que nazca el alma
En cuanto a Sinfonías, Mario Lavista explica que es "un singularísimo encargo" que me hizo una dama estadunidense, Joan Niles Sears, residente en Itaca, un pequeño poblado del estado de Nueva York", en Estados Unidos.
Seis meses después de haber escuchado el segundo cuarteto de cuerdas de La-vista en Itaca, la mujer lo contacó para comisionarle una obra que fuera interpretada por el Cuarteto Latinoamericano de Cuerdas el día de su muerte.
"Naturalmente el encargo me pareció fascinante. Yo creo que la música en ese proceso es ayudar a que el alma se separe del cuerpo; es más, la música traza y delinea una especie de geografía sagrada para ayudar al alma a encontrar su camino cuando se separa del cuerpo", asegura el artista.
"Esta obra adquiere su nombre de una cita musical tomada del primer tratado que se conoce de música polifónica en Occidente, que data del siglo XVIII, en el cual hay una melodía en que se intercalan combinaciones de intervalos agradables, llamados sinfonías, consideradas consonancias perfectas,"
Sin embargo, el autor hace una aclararación: "No es música fúnebre, no es para la muerte del cuerpo, sino para el nacimiento del alma".
El concierto inaugural del simposio se llevará a cabo a las 20 horas en el Aula Mayor del Colegio Nacional.