Música/luz

Como Fratres domina entre las distintas nuevas grabaciones de la música de Part en los estantes, vale la pena regresar al volumen titulado precisamente Fratres (EMI Classics), a cargo de la Bournemouth Sinfonietta dirigida por Richard Studt, en una versión para violín y piano, además de otra lectura de los Cantus in memoriam Benjamin Britten, una más de Summa, otra de Spiegel im Spiegel, también una nueva de Festina Lente, al igual que Tabula rasa, en un clímax creciente, un ascenso de alondras en el infinito que desembocan en el placer inenarrable de Ludus (con el subtítulo: Sin movimiento) y Silentium (con el subtítulo Con movimiento).

Una carga voltaica de intensidad emocional que electrocuta. He aquí una música que transporta, eleva, exulta, enaltece, transforma, purifica, cura, hace estallar el universo en todos su prodigios. El asombro magnífico del hombre frente a lo divino. La expresión poética más decantada, exacta, sencilla y contundente que el ser humano pueda expresar, sentir, concebir y recibir.