Detenidos en la guerra contra el terrorismo son combatientes enemigos, reitera Bush
Ampliar la imagen
Una iraquí y su hijo esperan mientras su vivienda es inspeccionada por soldados estadunidenses, en Bagdad
Foto: Reuters
El presidente estadunidense, George W. Bush, emitió ayer una orden ejecutiva en la que reafirma que los detenidos en el contexto de la guerra contra el terrorismo son "combatientes enemigos", por lo que no cabe protegerlos bajo las Convenciones de Ginebra. Sin embargo, también firmó un decreto según el cual los detenidos no pueden ser sometidos a un "tratamiento o castigo cruel, inhumano o degradante".
Así, Bush mantuvo una determinación que tomó en 2002 para los detenidos en custodia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) o de las autoridades militares en la base estadunidense de Guantánamo, donde hay más de 300 sospechosos detenidos sin condena firme.
Defensores de los derechos civiles han apremiado al mandatario a que clasifique a los detenidos como prisioneros de guerra y los declare bajo la jurisdicción de las Convenciones de Ginebra.
La orden de Bush se aplica a miembros de la red terrorista Al Qaeda, a los talibán y fuerzas asociadas. Prohíbe el uso de tortura durante los interrogatorios, causar intencionalmente lesiones corporales, abusos sexuales o actos indecentes y la degradación de la religión de un individuo u objetos religiosos.
El Congreso autorizó el año pasado la facultad de "interpretar" leyes internacionales sobre el trato a prisioneros. Washington se ha negado a revelar los métodos de interrogatorio a sospechosos de terrorismo, con el argumento de que ello daría a los terroristas la posibilidad de prepararse para dichas técnicas y dejarlas sin efecto.