Vecinos de la zona exigen a la delegación impedir la destrucción del inmueble
Proyecto inmobiliario amenaza la casa del virrey De Mendoza, en Tlalpan
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Ampliar la imagen Imágenes de la parte demolida y de la acequia que se mantiene en pie de lo que fue la casa del virrey Antonio de Mendoza, en Tlalpan Foto: Carlos Cisneros
De lo que era la casa del virrey Antonio de Mendoza sólo queda un pequeño vestigio que se encuentra amenazado ante un ambicioso proyecto inmobiliario denominado Residencial Claustro. El inmueble, localizado en la calle Juárez número 15, en el centro de Tlalpan, forma parte de la identidad histórica del lugar, por lo que los vecinos exigen al gobierno de la ciudad impida la edificación de los departamentos, pues acabarían con la última acequia del siglo XVIII.
Para iniciar la edificación de los departamentos se demolieron varias construcciones, entre ellas la capilla de la Santa Cruz de la orden religiosa del Sagrado Corazón de Jesús; el edificio no estaba catalogado, sin embargo, los vecinos argumentan su valor artístico, porque el inmueble era de 1942 y el diseño se hizo acorde a la edificación que sí fue clasificada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con valor histórico.
De acuerdo con la ficha nacional 0026 del catálogo de bienes inmuebles históricos, la casa del virrey De Mendoza tuvo como observación que en la parte posterior del predio, existía "la capilla y otras construcciones hechas en los años 40"; por ello, los residentes argumentan que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) debió considerarlo como patrimonio artístico para evitar que desapareciera.
Actualmente, todavía se conserva la acequia, por lo que la exigencia a la delegación Tlalpan es que verifique la construcción y en consecuencia se ordene la clausura de las obras, pues de lo contrario "se está generando tiempo para que la destrucción sea un hecho consumado y ya no haya motivo ni materia para proceder", señaló Sara Espíritu, habitante del lugar.
La casa del virrey De Mendoza tiene una "historia oral" que pasó de generación en generación, y en ella se cuenta que era usada por el virrey como sitio de descanso cuando visitaba el lugar por las fiestas de San Agustín de las Cuevas. Luego pasó a ser propiedad de Pablo de Larque y fue conocida como la Villa de Larque.
Se desconocen las fechas exactas, pero fue también habitada por el propietario de la fábrica textilera La Fama Montañesa y los últimos propietarios, antes de los constructores que ahora la poseen, fueron las religiosas del Sagrado Corazón, quienes habitaron el inmueble hasta el pasado 30 de abril.
A partir del primero de mayo, los residentes del centro de Tlalpan iniciaron una batalla ciudadana para evitar la destrucción, pero hasta el momento poco han logrado, por encontrarse con ese "silencio administrativo ante todas sus solicitudes", indicó Martha Flores, otra residente de la zona.
El último recurso para evitar la destrucción fue una carta enviada al jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, donde solicitan la expropiación del predio, que forma parte del patrimonio histórico de Tlalpan. En la misiva, firmada por 600 personas, le piden que en lugar del desarrollo inmobiliario se construya un centro cultural que guarde como testigo mudo la historia de la ciudad.
Los colonos preparan una marcha para exigir a las autoridades federales y locales terminar con la destrucción del patrimonio nacional que desde hace 10 años se realiza en la delegación Tlalpan, "sin que nadie ponga un alto".