Se prevé que al término del año fiscal la cifra rebasará 230 mil

Crece de forma alarmante el número de migrantes deportados de EU

La separación de familias, lo más trágico del fenómeno

Algunos niños se quedan solos

JOSE ANTONIO ROMAN

Más allá del apoyo discursivo del presidente George W. Bush en favor de una reforma migratoria, aun después de la decisión del Congreso de Estados Unidos de posponerla indefinidamente, las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se han incrementado de manera alarmante. Para el 31 de septiembre próximo -fecha en que termina el año fiscal 2007-, el número de indocumentados deportados rebasará 230 mil, cifra récord en expulsiones.

Además, en los pasados tres años, los jueces han expedido un total de 636 mil órdenes de deportación a indocumentados que residen en territorio estadunidense y que actualmente están catalogados como "prófugos".

Las redadas en los centros laborales se han intensificado siete veces más que en 2002, último año en que funcionó el Servicio de Inmigración y Naturalización, para dar paso al nuevo Inmigration and Customs Enforcement (ICE), creado a partir del reforzamiento de las medidas de seguridad interna, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, estas redadas se han extendido hoy a barrios donde regularmente se ubica gran número de migrantes, los cuales se realizan incluso en horas de la madrugada.

Diversas organizaciones hispanas de apoyo y defensa de los derechos humanos de migrantes denuncian que el efecto más trágico de estas medidas es la separación de centenares de familias, al ser arrestados uno o los dos padres para deportarlos a sus países de origen.

Raúl Oñorbe, director del Instituto de Educación Popular del Sur de California, señaló que muchas de las organizaciones de migrantes han tenido que integrar un equipo legal para ayudar a quienes han sido capturados por el ICE, y diseñar un "plan familiar de emergencia", que incluye una serie de recomendaciones para los migrantes.

Entre estas medidas es que el indocumentado firme y siempre porte consigo una carta notariada donde nombran a un amigo o familiar -que necesariamente sea residente legal- como responsable de la custodia de los hijos y los bienes inmuebles, en caso de que sea expulsado. Se estima que en Estados Unidos hay más de 3.1 millones de estadunidense cuyos padres carecen de documentos y cerca de 2 millones más de niños que son indocumentados.

Y es que, cuando son detenidos los padres, y éstos no cuentan con un documento oficial que especifique quién quedará a cargo de sus hijos, los menores pasan al Servicio de Protección de Menores del condado correspondiente.

"Lamentablemente se han dado casos en que los padres no han podido recuperar la custodia de sus hijos. Hay que recordar que las redadas se dan en la calle, en el trabajo y, por el bien de los hijos, es mejor estar preparado. Es una medida extrema, pero necesaria", según explicó José Luis Orendáin, miembro de la Asociación Americana de Abogados en Inmigración.

Según las leyes migratorias vigentes, los menores de edad nacidos en Estados Unidos, de padres indocumentados, no deben ser deportados sin juicio previo, situación que con frecuencia se respeta.

En una reciente declaración, la portavoz de la ICE, Virginia Kice, informó que a escala nacional, en los pasados 12 meses más de 200 mil indocumentados han sido expulsados del país, ya sea de forma voluntaria o por tener órdenes pendientes con la justicia.

De acuerdo con reportes del ICE, este organismo ha incrementado paulatina y sustancialmente su presupuesto en años recientes. Por ejemplo, el año fiscal 2006 ejerció 3 mil 90 millones de dólares, mientras que para 2007 tiene aprobado 3 mil 902 millones. El personal también aumentó. De 18 grupos que tenía el programa Operación de Fugitivos, a principios de 2006, para septiembre próximo, se prevé que contará con 75 en todo el país, sin contar a policías locales que también están entrenando para el control migratorio.

Ante éste difícil panorama, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha ordenado reiteradamente, sobre todo en este año, el fortalecimiento de su estrategia de protección y asistencia consular, además de un incremento en los recursos económicos que destina para este fin.

En este 2007, por primera vez en la historia, todos los recursos recaudados por los servicios que presta la red de 47 consulados en Estados Unidos, estimados en 75 millones de dólares -unos 800 millones de pesos-, se destinarán a esta asistencia, que se suman para los programas específicos ya considerados. Se prevé también la apertura de cuando menos dos consulados más en zonas donde ha crecido la población mexicana, además de reapertura de la representación en Nueva Orleáns.

Sin embargo, las autoridades mexicanas están prácticamente "atadas de manos" para impedir una deportación, pues en su tarea, el ICE cumple con la legislación de su país de expulsar a quienes se encuentran sin documentos, pues se viola una ley federal de Estados Unidos.

Aun así, la asesoría contratada por el gobierno mexicano ha decido ahora emprender un camino legal distinto al tradicional, que ayude en algo a los indocumentados. Esta vía es abrir un juicio legal contra los empleadores, pues con frecuencia, valiéndose de la falta de documentos del trabajador, los explotan laboralmente y les proporcionan documentos falsos, lo cual abre posibilidad de ganar el juicio, que también, en otros casos, sirve para permanecer el país.