Editorial
Elba Esther Gordillo, en la mira
De forma grosera, la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) nombró este fin de semana en Baja California a Elba Esther Gordillo presidenta "indefinida" de la organización, y le otorgó un "voto de confianza" para que designe a los secretarios generales estatales. En esta decisión no importó que el artículo 75 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado prohíba tajantemente la relección dentro los sindicatos, ni la creciente oposición contra la imposición de la maestra al frente de uno de los gremios de mayor importancia del país.
Es ilustrativo que el nombramiento se haya realizado en lo oscurito, a contrapelo de la legalidad y la transparencia. Analistas señalaron que con esta acción "por un lado se pretende proyectar fuerza, pero al mismo tiempo se reconoce de manera involuntaria la debilidad de los liderazgos personales, mediáticos y totalmente verticales".
Este nombramiento, por otra parte, dejó insatisfechos incluso a ciertos sectores de la dirigencia elbista, que habrían expresado su temor de que la decisión causara "molestia y rechazo en las bases magisteriales".
Elba Esther Gordillo asumió la secretaría general del SNTE en 1989. Cabe preguntarse por qué en estos momentos, 18 años después, decide tomar el control total del sindicato.
No es ajena esta decisión a la reunión que se llevó a cabo este viernes en Ciudad Juárez, en la que dirigentes de la disidencia gremial crearon el Frente Amplio Dignidad Magisterial, el cual integra diversas expresiones del profesorado que, por diferentes circunstancias, habían operado por su parte.
Los abusos cometidos por la cúpula magisterial oficial y por la maestra han generado profundo descontento entre las bases del sindicato. Prácticas antidemocráticas, imposiciones, el uso político de la fuerza del magisterio y otros actos de corrupción han desgastado su imagen y dañado al gremio en su conjunto. La formación del Panal y la participación de Gordillo en las irregularidades electorales cometidas en las elecciones generales de 2006 han sido factores importantes para la configuración del frente opositor, que va más allá de la disidencia aglutinada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
"El SNTE está que arde, porque no sólo enfrenta el deterioro acelerado de la figura de Gordillo; también el costo político de sus errores, como la aprobación de la nueva Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)", señalaron asistente al encuentro opositor.
Ante este panorama, las distintas corrientes del magisterio disidente, que aparentemente han superado sus diferencias, declararon que dicho frente tiene dos objetivos principales: "la derogación de la ley (del ISSSTE) y su salida inmediata del gremio para exigir que pague por sus crímenes".
Existe confianza entre los profesores de que los días de Elba Esther Gordillo al frente del sindicato estén contados. Después de todo, aseguran, el repudio a su dirigencia es abrumador. En unas semanas, una vez que termine el periodo vacacional y se reanuden las clases, la disidencia magisterial tendrá oportunidad de mostrar su fuerza para impulsar la democratización del SNTE.