Una forma de luchar contra la pobreza: Lula da Silva
Apremian Brasil y la UE a crear mercado global de biocombustibles
Bruselas, 7 de julio. Brasil y la Unión Europea coincidieron esta semana en Bruselas en la necesidad de acelerar la discusión para establecer un mercado mundial de biocombustibles, aunque para ello se requerirá aclarar antes varios interrogantes planteados en torno a esta nueva fuente de energía.
"Es sorprendente con cuánta rapidez los biocombustibles se están convirtiendo en parte de nuestra estrategia energética en la UE y otras partes del mundo", dijo el viernes la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero Waldner, al cerrar una conferencia sobre el tema organizada en Bruselas.
Invitado estelar del encuentro, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva hizo un día antes una enérgica defensa de los biocombustibles como un modo de luchar contra la pobreza y democratizar la energía en el mundo, tratando de ahuyentar los temores que provoca su producción masiva.
"La experiencia de Brasil muestra que la oposición de producción agrícola para biocarburantes o alimentación es incorrecta. La pobreza en mi país se reduce y la producción de biocarburantes aumenta", dijo, al rechazar una de las críticas de las organizaciones no gubernamentales, que también denuncian la posible destrucción de selvas.
"Debemos mirar a los biocombustibles como cuidadanos del mundo", afirmó Lula, pidiendo a la UE y los países desarrollados que vean esta fuente de energía como una posibilidad de "darle una oportunidad a aquellos que no la tuvieron en el Siglo XX".
Si la creación de un mercado mundial regulado del etanol y biodiesel es una de las grandes ambiciones de Brasil, la Unión Europea también dejó claro que persigue el mismo objetivo, pensando en el cumplimiento de sus objetivos de lucha contra el cambio climático.
Según esos compromisos adoptados en marzo, los europeos deberán utilizar el 10 por ciento de biocombustibles en el consumo total del bloque en el transporte en 2020, un objetivo que intentarán cumplir con producción propia, aunque ya acepten que requerirán importaciones.
"En la UE somos conscientes de que para cumplir con los objetivos de la Unión necesitaremos tanto la producción doméstica de biocombustible como importaciones", señaló Ferrero Waldner.
Sin embargo, la UE también advirtió sobre los riesgos ambientales subyacentes en la transformación de cultivos en energía.
"Europa no pagará más para adquirir biocombustible si el etanol que mueve sus coches proviene de la quema de campos y cultivos. Tampoco si se produce a costa de la selva amazónica", indicó en ese sentido el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson.
"Necesitamos estar seguro de que la producción de biocombustibles es efectuada correctamente, en modo de aprovechar las ventajas sin crear nuevos problemas para nuestros pueblos o el planeta", coincidió Ferrero Waldner.
De todos modos, la UE es consciente de que el etanol y el biodiesel pueden ayudar al desarrollo de los países pobres, contribuir con los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y garantizar la seguridad energética, como surgió tras las exposiciones de la conferencia de Bruselas.
Por ello, los próximos meses verán una aceleración de los trabajos e investigaciones para tratar de promover estándares técnicos comunes que faciliten el comercio internacional de los biocombustibles.
Para Brasil, la meta es la conferencia internacional que organizará en julio de 2008 en Río de Janeiro, y en la cual le gustaría dar un paso decisivo en esa área.