Católicas
por el Derecho a Decidir
Por la vida de las y los jóvenes: una cultura de la prevención
La realidad que vive la juventud mexicana es desalentadora; sus derechos en general son violentados, existe una falta de atención y acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, así como de una educación sexual integral necesarios para una vida digna. De lo anterior nos dan cuenta los siguientes datos: 48 por ciento de la población joven con actividad sexual no usa ningún método anticonceptivo;(1) de 1983 al 2006, se han registrado 107 625 casos de sida, de los cuales 78 por ciento se presentan en personas de 15 a 44 años de edad;(2)2 9.1 por ciento de las muertes de mujeres jóvenes son por embarazo precoz, parto y puerperio, lo que representa 718 mil muertes anuales y la convierte en la tercera causa de decesos en esta población(3). La Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia reporta que cada tres días es asesinada(o) un joven por homofobia.
Esta realidad impacta a los más de 30 millones de jóvenes en México, quienes desconocen sus derechos sexuales y sus derechos reproductivos, lo cual resulta una violación a estos derechos que son parte integrante de los derechos humanos. Además de estos datos preocupantes aún existen tabús y prejuicios que permean las prácticas sexuales de las y los jóvenes, y los colocan en un estado de vulnerabilidad con alto riesgo. Según datos de la Encuesta de Opinión sobre Factores de Vulnerabilidad ante el VIH/sida entre Jóvenes de Preparatorias Públicas,(4) una tercera parte de las y los jóvenes creen que el VIH es un castigo para la humanidad; 23 por ciento opina que no es necesario usar condón con una pareja estable, casi la mitad usa solamente el condón algunas veces o nunca; el 74.2 por ciento piensa que su pareja no podría transmitirle el VIH/sida o alguna otra ITS, la razón principal por la cual se piensa esto es porque “conocen bien a su pareja” (32.1 por ciento).
El contexto arriba mencionado nos revela la falta de conocimientos y habilidades sobre educación sexual de las y los jóvenes mexicanos, aún cuando algunos sectores consideren que se cuenta con la información suficiente para que puedan ejercer las y los jóvenes su sexualidad sin riesgos. Las estadísticas nos muestran una realidad preocupante que nos exige generar mecanismos y recursos que disminuyan la vulnerabilidad que coloca a los jóvenes en situación de alto riesgo. Para ello consideramos necesario que jóvenes, padres de familia, maestros, orientadores, prestadores de servicios de salud, medios de comunicación tejan en conjunto una cultura de la prevención.
Una cultura de la prevención se construye mediante un proceso donde el contexto de la democratización, la información y la participación de la sociedad civil resultan clave. Dicha cultura sólo puede darse como un proceso de aprendizaje, que debe comenzar en nivel preescolar y continuar a lo largo de toda la vida. Debe ser una cultura que fomente en niñas, niños, adolescentes y jóvenes prácticas de autocuidado, respeto a si mismas(os), toma de conciencia; hechos que en su conjunto posibiliten una situación de bienestar. En esta cultura es necesario alimentar acciones de información, educación y comunicación; crear espacios de reflexión dirigidos a adolescentes y jóvenes con el fin de promover las ventajas de contar con información adecuada para la toma de decisiones asertivas. Apoyarse en los medios de comunicación es un recurso central, pues gracias a la difusión que le den al tema se hará posible extender a un mayor número de personas la incidencia de conceptos clave, lemas, contenidos.
Fomentar una cultura de la prevención es clave para vivir una sexualidad placentera y sin riesgos, para que las y los jóvenes, hagan suyo el lema “porque me quiero me cuido”. Para ello es importante: comunicar, hablar, nombrar a la sexualidad como parte integrante de la vida de las mujeres y los hombres, presente en el desarrollo humano desde el nacimiento hasta la muerte del individuo; hacer visibles las dudas, falsas creencias, prejuicios, temores, miedos, vergüenzas entorno a ésta; informar los contenidos, que deben ser científicos, claros, precisos, objetivos, comprensibles; educar en un proceso de formación e información cuyo fundamento básico sea la explicación científica de la sexualidad.
Lograr una cultura de la prevención para que las nuevas generaciones tengan una vida sexual y reproductiva digna como aspiración de toda sociedad democrática, nos convoca a continuar impulsando las distintas campañas de bienestar que en materia de salud sexual y reproductiva hoy construimos desde la sociedad civil.
1 Encuesta Nacional de Salud, 2000
2 UNAIDS. 2006 Report on the global AIDS epidemic. May, 2006.
3 Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Causas de morbilidad hospitalaria según lugar de importancia 1998-2004, México, INEGI, 2004
4 Católicas por el Derecho a Decidir, Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir e Investigación en Salud y Demografía. Encuesta de Opinión sobre Factores de Vulnerabilidad ante el VIH/Sida entre Jóvenes de Preparatorias Públicas, CDD-RNCJDD, México, 2006.. |