A Washington no le interesa la colaboración, sino sólo resolver su seguridad, señalan
Replanteamiento estratégico de la relación con Bush, piden legisladores
La negativa a discutir la reforma migratoria tiene un dejo de xenofobia, consideran
México debe generar más empleos y no sólo defender el aspecto recaudatorio, dicen
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Rumbo al sueño americano
Foto: Ap
El rechazo del Senado estadunidense para aprobar un acuerdo migratorio constituye un revés para el gobierno de Felipe Calderón, que ahora está obligado a un replanteamiento estratégico de la relación con la administración Bush, a partir del hecho de que a ese país no le interesa ningún tipo de colaboración que no sea la de resolver sus problemas de seguridad nacional, señalaron diputados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).
''Si había alguna actitud de conciliación pensando que era importante mantener una relación tranquila y de colaboración con Estados Unidos, hoy debemos ser más inflexibles en función del interés nacional, y un caso concreto es el rechazo a la construcción del muro'', dijo Samuel Aguilar Solís, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de San Lázaro, .
Explicó que el gobierno estadunidense por segunda ocasión invadió territorio nacional al construir el muro fronterizo, y la respuesta ''fue tibia y a través de una dependencia de quinta, que es la Comisión Internacional de Límites y Aguas, mientras que la cancillería y el presidente Calderón se callan ante una invasión recurrente''.
Sobre el congelamiento de la reforma migratoria por parte del Senado de Estados Unidos, el legislador del PRI aseguró que el gobierno mexicano debe mantener una actitud de dignidad frente a una decisión ''que tiene un dejo de xenofobia por parte de los congresistas de ese país'', e introducir una visión de crecimiento para generar empleos en México, y no sólo defender una actitud recaudatoria.
Legisladores de PRI y PRD consideraron que es momento de que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) asuma una posición más enérgica, y acusaron a la cancillería de ''no haber empujado lo suficiente, pues dio la impresión de que estuvo ausente'' del debate migratorio.
El senador panista Rubén Camarillo expresó confianza en que se pueda reanudar la discusión en el Senado estadunidense, ya que el problema migratorio tiene que ver también con seguridad. Pero el diputado priísta Marco Antonio Bernal sostuvo que ello es difícil, toda vez que se trata de un año electoral en el vecino país, lo que dificultará promover una nueva ronda de negociaciones sobre el tema.
El diputado perredista Cuauhtémoc Sandoval, secretario de la citada comisión legislativa, lamentó la decisión del Senado estadunidense, no sólo porque México se mantiene sujeto a la coyuntura electoral de ese país y de una opinión pública influenciada por la tesis de que los inmigrantes son criminales y terroristas, y le quitan fuentes de empleo a los estadunidenses, sino también se depende del esquema de seguridad que le interesa a la Casa Blanca.
Criticó que el gobierno de Felipe Calderón asuma una actitud ''tibia, coherente con la política de seguridad estadunidense'' y acepte todas las imposiciones relacionadas con la construcción del muro en la frontera y los mecanismos impuestos a través de la Alianza de Seguridad para América del Norte.
Sandoval consideró que la mencionada decisión ''agravará los hechos relacionados con la migración, no sólo porque se incrementará el número de migrantes muertos al intentar cruzar la frontera, sino también es previsible un aumento en las tarifas de los polleros (traficantes de personas). El fenómeno se complicará y como país estamos indefensos ante los fracasos del gobierno de Felipe Calderón en el tema migratorio''.
Finalmente, la dirigencia nacional del PRD lamentó que el gobierno mexicano no proteste de manera enérgica y real en contra del Congreso estadunidense para exigir el reconocimiento al trabajo de los migrantes y respeto a sus derechos humanos, como en cualquier otra parte del mundo.