Es pensionado de La Fama Montañesa; en el IMSS le dijeron que no tenía nada
Cumplió formas el padre del delegado: Llubere
Caracas, 27 de junio. La presencia del padre del jefe delegacional de Tlalpan fue justificada como una persona que recibe un trato igual a los 78 adultos mayores que son atendidos en el hospital Francisco Antonio Rísquez de esta capital. "El señor Antonio Sánchez Estrada fue seleccionado como los demás pacientes", señaló el director general de Desarrollo Social de dicha jurisdicción, Adolfo Llubere.
Añadió que el padre del titular de la jurisdicción hizo su llamado a Villa Olímpica y esperó, como todos los beneficiarios del programa Misión Milagro, a que le dieran su traslado con el oftamólogo, el proceso que siguió no tuvo distinción alguna, aseguró el servidor público.
"El señor Sánchez, al igual que muchos padres de funcionarios, es un obrero jubilado textil de la fábrica La Fama Montañesa, cuya pensión ronda en los 2 mil 600 pesos mensuales y que acudió a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en Acoxpa, donde le dijeron que no tenía nada, por ello acudió con nosotros", expuso el funcionario.
Ayer se dieron los primeros resultados de las operaciones que se practican a los adultos mayores provenientes del Distrito Federal en el hospital Francisco Antonio Rísquez de esta ciudad sudamericana. La recuperación parece inmediata; sin embargo, para garantizar su restablecimiento, los pacientes se encuentran en proceso de valoración, el alta no los exenta de continuar la atención médica.
Los capitalinos beneficiados por el programa Misión Milagro se encuentran hospedados en un hotel del centro de la ciudad que pertenece al gobierno de Venezuela, donde se les brinda alimentación. El inmueble fue recuperado porque la posesión la tenía la cadena de hoteles Hilton, desde entonces, comentaron los empleados, en el lugar se hospedan todo tipo de personas, desde presidentes que visitan el país, hasta gobernadores, políticos, gente que carece de recursos y los beneficiados del programa Misión Milagro, que atiende a personas de Centro y Sudamérica.
En la atención no hay distinción, el personal trata a todos por igual. Pocos son los recursos económicos con los que cuentan, con sus excepciones, hay quienes traen sólo 20 dólares y lo administran minuciosamente para que les alcance, porque piensan en llevar el regalito, hay gente incluso que nunca había salido del Distrito Federal.
Sin embargo, la lejanía los hace extrañar a sus familiares y a cambio de una llamada para avisar que todo está bien, don Andrés Ordaz ofrece un dólar para que le avisen a su esposa que salió todo bien. Algunos empiezan a desesperarse, pero saben que deben tener paciencia. Junto a ellos están los coordinadores, 12 personas de la delegación Tlalpan que se encargan de atender las 24 horas del día "a sus pacientes", como les llaman.
Los jóvenes comparten los dormitorios, están pendientes de las molestias físicas y emocionales y les dan los medicamentos. Entre ellos se ha hecho una gran familia.