El Presidente desconoce que los gobiernos no deben impulsar esa campaña
Calderón pide votar por Chichén Itzá entre las nuevas siete maravillas
Un día después de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se deslindara de la campaña comercial Nuevas Siete Maravillas del Mundo, de las oficinas del presidente Felipe Calderón salió un llamado para que los ciudadanos voten por Chichén Itzá.
El boletín informativo que semanalmente envía Presidencia de la República por correo electrónico a quien esté suscrito en este servicio, dice: ''Vota por Chichén Itzá. Con tu apoyo este orgullo de México será una de las nuevas 7 maravillas del mundo".
Luego de elogiar a la pirámide, ''la más famosa de la cultura maya (...) el último y probablemente el mejor de todos los templos mayas", se explica el procedimiento para votar en favor de ese edificio prehispánico.
El entusiasmo de Calderón por la campaña ideada por el magnate suizo Bernard Weber, ya se había hecho evidente semanas atrás, cuando al inaugurar la terminal 3 del aeropuerto internacional de Cancún, el mandatario instruyó al titular de la Secretaría de Turismo, Rodolfo Elizondo, para que ''trabaje en una campaña de promoción urgente para lograr ese reconocimiento. Estamos ya cerca de la meta, pero necesitamos el apoyo de todos los mexicanos que puedan registrar su voto'', dijo el 16 de mayo.
El problema es que el Presidente desconocía que New Seven Wonder, la organizadora del certamen, prohíbe -según se explica en su página de Internet- que los gobiernos financien e impulsen dichas campañas. Sólo pueden hacerlo las sociedades o las empresas.
Egipto es el único país que rechaza ''totalmente", cualquier intento de ''abuso" del concurso de Weber que, dice el gobierno egipcio, sólo tiene fines comerciales y no sigue ninguna norma científica. La UNESCO añade que el certamen comercial no garantiza la protección al patrimonio.
En México, luego del primer llamado presidencial de apoyo a la campaña comercial privada, se incrementó la publicidad al respecto.
Aunque el Instituto Nacional de Antropología e Historia dijo, por conducto de su vocero, que no apoyaban la iniciativa del millonario suizo, autorizó que éste acudiera a Chichén Itzá para realizar la entrega del certificado de participación en su concurso, y luego dio permiso a la refresquera Coca-Cola para que plasmara la imagen de El Castillo en millones de latas.