El último sobreviviente, testimonio del Holocausto
Presentan libro con vivencias de Shie Gilbert en campos de concentración
La vida del judío Shie (Salvador, en español) Gilbert (padre del productor teatral Morris Gilbert) es un triunfo de la vida sobre la muerte. Salió vivo de tres campos de exterminio: Auschwitz, Mauthausen y Ebensee. De las situaciones que pasó cuenta el libro que otro de sus vástagos, Aron, escribió y que tituló El último sobreviviente, presentado el pasado lunes con lectura de fragmentos de Héctor Bonilla, Lilia Aragón, Pedro Armendáriz y Anabel Ochoa, con la moderación de Maxine Woodside.
"Mi nombre es Aron Gilbert y soy, de alguna manera, sobreviviente del Holocausto. Nací en la ciudad de México en el año de 1949, cuatro años después de terminada la Segunda Guerra mundial.
"Mi padre, Szyja Gilbert, nació en el pueblo de Ciechanow, en Polonia, el 9 de agosto de 1920, en el seno de una familia judía tradicional de clase acomodada. Soy su orgulloso primogénito y llevo el nombre de mi abuelo, quien fuera masacrado injustamente por los nazis en 1942", escribe el autor.
Esta historia de terror empezó el 1º de septiembre de 1939 y terminó el 5 de mayo de 1945. "Peregrinó por el mundo en busca de un futuro más prometedor; cruzó los Alpes, navegó por la inmensidad del mar y voló a tierras desconocidas hasta conseguirlo, al llegar en 1947, a ese mundo nuevo, que él bautizó como 'el Paraíso' y es conocido por todos los demás como México."
El actor Héctor Bonilla leyó la introducción del libro matizando líneas por demás dramáticas: "Yo soy como los antiguos juglares, soy un narrador insufrible que tiene que escuchar el sonido de su propia voz para saberse vivo. Cuando me vaya de este mundo, mis historias y mis vivencias se irán conmigo", decía Shie, pero Aron lo convenció de que contara sus memorias.
¿Nunca más?, no lo creo
Anabel Ochoa, escritora, actriz y española de nacimiento, contó una reflexión a partir de la lectura del libro en la que recordó que Shie, al entrar en Auschwitz, fue rapado, entregó su ropa y fue vestido con el uniforme azul y blanco del campo de concentración, pero salvó un cinturón, que siempre le remitió a sus días de libertad. "Los nazis no descubrieron ese cinturón".
Ochoa regaló al sobreviviente un cinturón y un chocolate, éste porque alguna vez alguien ofreció ese dulce a un judío con la condición de que permitiera una entrevista sobre lo acaecido en los campos de exterminio. Dijo la también sexóloga: "Quisiera ser optimista, pero no lo soy. A mí esa frase de nunca más... ¡yo no me la creo! Sigue pasando y va a seguir pasando (...) no hay que quitar el dedo del renglón (...) 73670 le grabaron -tatuaron- los nazis a Salvador. ¿Dónde quedaron los otros 73669?"
Lilia Aragón, actriz y actual líder de la ANDA, dio lectura a otros fragmento: "De los 70 miembros de mi familia nacida en Polonia que aún vivían en mi país cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, soy el único que queda con vida".
El actor Pedro Armendáriz hizo una reflexión a partir de la lectura del libro: "Cada página de este libro es pasión, la hierba y el pasto ahí, también, la sangre, esa cosa diabólica que pasó en ese momento, la página más negra de la historia de la humanidad, el Holocausto".
El libro se lanzó bajo el sello Solar Ediciones y cuesta 200 pesos.