Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría
El neurólogo Gastón Castellanos hizo una semblanza en estas páginas de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría, instancia que llevará a cabo su reunión anual el próximo fin de semana. Su fundación se efectuó hace 70 años por entusiastas y afamados pioneros de ambas disciplinas en México.
En la actualidad su membresía cuenta con neurólogos, neurocirujanos, neurofisiólogos, siquiatras, sicoanalistas, sicoterapeutas, sicólogos, neurosicólogos y sicopedagogos. Sus reuniones siempre están abiertas a las múltiples vertientes que se relacionan con la salud mental.
Una de sus metas ha sido, en efecto, la creación de un espacio propicio para el desarrollo del pensamiento complejo, como propugna Edgar Morin. En su seno se halla un campo fértil para el diálogo entre los múltiples enfoques que hoy se dan en el mundo de las neurociencias y se posibilita el intercambio entre diversas instituciones y universidades, así como el encuentro entre colegas de diferentes disciplinas, tanto nacionales como internacionales.
Entre sus fundadores y los que les sucedieron encontramos a un selecto grupo de entusiastas neurólogos, siquiatras y sicoanalistas. Entre los primeros destacamos a Manuel Guevara Oropeza, Mario Fuentes, Dionisio Nieto, Samuel Ramírez, Leopoldo Salazar, Agustín Caso, Guillermo Calderón, Alfonso Escobar y Ramón de la Fuente.
A este grupo pionero se agregaron destacados neurocirujanos, como Manuel Velasco Suárez (fundador y primer director del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía), Hernando Guzmán West, Gregorio González Mariscal y Humberto Mateos.
Entre los neurólogos recordamos a brillantes médicos, como Enrique Otero, Daniel Vasconcelos, Eduardo San Esteban, Julio Sotelo, Francisco Rubio y Guillermo García Ramos, y a neurofisiólogos, como Augusto Fernández Guardiola y Carlos Guzmán Flores. Entre los sicoanalistas mencionamos a reconocidos colegas, como Ramón Parres, Agustín Palacios, Armando Barriguete, José Camacho y Jaime Ayala, con quienes compartí el enriquecedor ambiente académico y la grata camaradería que es proverbial en nuestra sociedad.
Ofrezco disculpas a otros brillantes profesionales que en estos momentos escapan a mi memoria, pero que fueron integrantes entusiastas de diversas mesas directivas y que colaboraron para dar continuidad a la vida de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría.
No puedo dejar de mencionar a muchos profesionales de la salud mental, que, en plena formación, se acercaban a escuchar con esmerada atención a los maestros que impartían conferencias en los congresos anuales.
Setenta años de historia y experiencias, tanto académicas como afectivas, se dicen fácilmente; pero implican miles de horas de trabajo e infinidad de reuniones preparatorias para que los congresos resultaran exitosos y aseguraran la continuidad de nuestra sociedad.
Muchos de los asociados, con el paso del tiempo, se convirtieron en fundadores de otras instituciones hospitalarias y sociedades médicas relacionadas con la neurología y la siquiatría.
Para todos los participantes que asistirán a la reunión anual de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría deseo un feliz y provechoso encuentro.