Proponen legalizar la prostitución en el Distrito Federal
Jefes delegacionales, organizaciones de mujeres y asociaciones de apoyo a sexoservidoras se manifestaron por legalizar la prostitución en el Distrito Federal; pidieron que se haga una reflexión seria sobre las ventajas que traería a un sector de la sociedad explotada y exigieron participar en la propuesta de ley.
La Red de Mujeres Sexoservidoras y la Asociación de Apoyo a Sexoservidoras coincidieron en que la despenalización beneficiará a miles de mujeres en la capital. Las dos organizaciones señalaron que uno de los principales problemas es no reconocer que las sexoservidoras realizan un trabajo que merece respeto.
La penalización de la prostitución, aseguran Jaime Montejo y Alejandra Gil, representantes de ambos grupos, provoca la propagación de enfermedades y una vida con violencia. Las zonas donde se encuentran las sexoservidoras deben ser de trabajo, no de tolerancia; se deben respetar los derechos humanos de todas las personas que trabajan en ello; ayudaría a combatir la trata de personas y las autoridades deberían vigilarlas para evitar robos y agresiones.
La iniciativa de ley de protección al sexoservicio para el Distrito Federal presentada el 10 de junio pasado a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) -que deroga la fracción VII del artículo 24 de la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal- ha generado opiniones encontradas.
Mientras el delegado de Magdalena Contreras, Héctor Guijosa Mora, señaló que apoya la legalización, la jefa delegacional de Miguel Hidalgo, Gabriela Cuevas, ha dicho que la analizarán con seriedad.
Los representantes de las organizaciones que defienden y promueven los derechos de las sexoservidoras recordaron que la iniciativa no pretende fomentar el ejercicio de esa actividad, no la descarta ni la persigue moralmente, sino que la considera digna en tanto actividad humana que merece protección de las leyes.
La iniciativa establece una serie de premisas jurídicas para reconocer la dignidad de las y los sexoservidores; garantizar el ejercicio de sus derechos; regular el ofrecimiento y ejercicio del servicio sexual; establecer las bases para una cultura de respeto y no violencia hacia las y los sexoservidores; así como normar las políticas, medidas, acciones y programas gubernamentales que contribuyen a su desarrollo integral.