David Chase concluye hoy "la mayor obra de la cultura pop" en 25 años
Millones de televidentes esperan el último episodio de Los Soprano
Ampliar la imagen James Gandolfini, a la izquierda; Steven Van Zandt y Tony Sirico, parte del elenco de la serie de televisión por cable Los Soprano, que esta noche llega a su final tras ocho años de presentar tramas de la mafia y metáforas cargadas de sueños y la exclamación de "Marone" Foto: Ap
Nueva York, 9 de junio. ¿Cómo terminara Tony Soprano? Es la pregunta que se hacen millones de telespectadores que seguirán el domingo el último episodio, el número 86, de la serie Los Soprano que la cadena de cable HBO difunde desde hace ocho años.
Casi nada se ha filtrado a la prensa sobre el destino de Tony Soprano, magistralmente interpretado por James Gandolfini, un padrino muy humano de la mafia de Nueva Jersey.
Tony se esfuerza por conciliar las necesidad de su familia (su esposa Carmela -Edie Falco-, su hijo AJ -Robert Iler-, su hija Meadow -Jamiet-Lyon Sigler- y su hermana Janice -Aida Turturro-) y las de la "familia" mafiosa. La única interrogante para sus fans parece ser si Tony será "quitado de en medio", terminara en la cárcel, colaborará con la FBI y recibirá la protección otorgada a informantes o continuará con su vida como siempre.
Según la prensa estadunidense, el creador de la serie David Chase habría filmado tres finales diferentes para estar seguro de mantener el misterio hasta el final del episodio que será difundido el domingo.
En el penúltimo episodio, el jefe de la mafia de Nueva York, Phil Lesdardo (Frank Vincent) le declaró la guerra a Tony Soprano, Bobby Bacala (Steve Schirripa), el cuñado de Tony, fue la primera víctima de esta guerra de bandas. Su fiel lugarteniente Silvio Dante (Steven Van Zandt) fue gravemente herido por la banda rival y está en coma. Su sicoanalista, la doctora Melfi (Lorraine Bracco) le anunció que debía terminar su terapia y Tony, acorralado, se va a dormir con un arma automática apoyada en su pecho.
La única certidumbre es que con el fin de Los Soprano desaparecerá una serie que dinamitó todos los códigos televisivos, que recibió múltiples premios y es difundida en unos 40 países.
La serie no es una más sobre el crimen organizado. Muestra detalladamente la vida de monstruos comunes, de personas casi banales, que hablan como todos de las pequeñas cosas de la vida, de la angustia de la muerte.
Se emociona hasta las lágrimas ante una familia de patos que pasa por su piscina, pero actúa sin el menor escrúpulo ante seres humanos a su merced. Al tener dificultades para administrar su estrés y sufriendo ataques de pánico, comienza a consultar en secreto a una sicóloga.
Mezcla de "programa de gánsteres" y tragicomedia, Los Soprano es una serie perturbadora para el telespectador -¿cómo se puede sentir simpatía por una familia de mafiosos?-, pero también atrapante, con un humor muy particular de esta familia disfuncional.
Según el diario New York Times, la serie "es tal vez la mayor obra de la cultura popular estadunidense de los pasados 25 años".
Al emitirse en una cadena de cable, la serie pudo escapar al estricto control moralista de las cadenas estadunidenses abiertas. Aunque a muchos les gustaría que durara eternamente, otros celebran que termine.
El propio Gandolfini ha dicho que está cansado del personaje. Y Chase, dijo: "Se sentirá como un alivio. Creativa y artísticamente, se terminó".