Podría darse una competencia entre cultivos, advierte

Recomienda CI sustitutos no alimentarios para la producción de biocombustibles

ISRAEL RODRIGUEZ

El fomento y desarrollo de proyectos bioenergéticos en México a partir de la caña de azúcar y el maíz debe de buscar otros sustitutos para producir biocombustibles que no formen parte de la dieta básica de millones de mexicanos, ya que se debe tener en cuenta que puede darse una competencia entre los cultivos agrícolas destinados para generar energía y los usados para la alimentación, advirtió Consultores Internacionales (CI) al recomendar el uso de residuos orgánicos y la biomasa marina para aumentar la oferta energética nacional.

En su análisis semanal, los especialistas señalaron que la reciente Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos aprobada por el Congreso de la Unión estimula el uso de recursos alimentarios para la producción de etanol, basándose en las últimas tendencias y experiencias mundiales en materia de desarrollo y uso de fuentes renovables de energía.

Esta ley significa un avance muy importante en materia de política energética, ya que su aprobación abre la posibilidad para explorar y desarrollar nuevas fuentes alternas de energía en el país, "pero se requiere también poner atención a otras fuentes de biocombustibles que puedan sumarse al escenario del sistema energético del país, como algas marinas, celulosa, residuos sólidos municipales, aceites vegetales, entre otros recursos de origen orgánico que conforman lo que se conoce como biomasa".

Algunos casos a nivel nacional que pueden ejemplificar el desarrollo de proyectos de biocombustibles son: la utilización de residuos sólidos orgánicos municipales para la generación de biogás en Salinas Victoria, Nuevo León; la iniciativa de construir en Guadalajara una planta para generar electricidad con el uso de basura orgánica; un proyecto en Chiapas para producir biodísel (sembrando higuerilla, palma de aceite y piñón) y bioetanol a partir de la caña de azúcar.

Por otra parte, la biomasa marina es un recurso que por su presencia en el amplio litoral marino y las aguas territoriales del país podría ser utilizado también para producir etanol, tomando como ejemplo un proyecto de desarrollo de biocombustibles, a partir de algas marinas, que pronto se va a llevar a cabo en Japón.

"Esta alternativa podría ayudar a ampliar aún más la oferta de bioenergéticos en el país. Así, sería necesario mirar hacia los mares que abarcan y rodean a México y desarrollar proyectos bioenergéticos sustentables a partir de la biomasa marina e involucrando a las comunidades costeras en su aprovechamiento", señaló Consultores Internacionales.