Hace 30 años fue secuestrado por la Brigada Blanca
Recuerdan a Rafael Ramírez, otra víctima de la guerra sucia
Era hermano del líder de la Liga Comunista 23 de Septiembre
Ampliar la imagen Familiares y amigos recordaron ayer a Rafael Ramírez Duarte, cuando se cumplieron 30 años de su desaparición forzada Foto: Yazmín Ortega Cortés
Rafael Ramírez Duarte, integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, volvió a ser recordado, luego de 30 años de desaparición forzada, mediante pintas y carteles con su imagen que fueron colocados en diversos puntos de la capital del país.
Familiares y amigos del guerrillero recordaron que el 9 de junio de 1977 fue capturado por la Brigada Blanca -encabezada por Miguel Nazar Haro- para ser conducido al Campo Militar Número Uno, donde fue torturado, según han narrado sus propios hermanos -también detenidos sin orden de aprehensión en ese mismo año y recluidos en ese sitio militar. Ahí se le vio con vida por última vez.
Alrededor de 40 manifestantes -convocados por la organización HIJOS y encabezados por Tania y Pavel, hijos de Rafael, así como por su esposa Sara- realizaron un mitin frente a ese cuartel castrense, lo que causó asombro y desconcierto entre la milicia, que de inmediato envió a un mando medio que invitó a los protestantes a abandonar el lugar y evitar hacer pintas, además de que al menos dos decenas de soldados armados llegaron al sitio y las puertas de acceso al campo se cerraron de inmediato.
Recordaron que Rafael es sólo uno de los 557 desaparecidos durante la guerra sucia en México, en las décadas de los 70 y 80, a manos del Estado mexicano. "¡Vimos los llevaron, vivos los queremos!", era la exigencia unánime de los manifestantes.
Durante el 30 aniversario de la desaparición forzada de Ramírez Duarte, sus amigos y familiares recorrieron también la cervecería Modelo, donde trabajó; el Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco, donde estudió, y una casa donde vivió, en la zona de Arboledas, estado de México, con objeto de "hacerlo presente en los lugares en los que estuvo y que fueron parte de su vida, por los que caminó y habitó", explicó su hija Tania.
Cuando fue secuestrado estaba a punto de cumplir 29 años, era estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM, estaba casado, tenía un hijo de 11 meses y su esposa tenía cinco meses de embarazo de Tania.
"Han sido 30 años de un dolor innegable, llevado con fuerza, pero también con alegría. Tres décadas de una ausencia tremenda, pero de una ausencia presente", relató Tania, cuya edad coincide con el tiempo que su padre lleva desaparecido. Agregó que su familia no aceptaría un acta de defunción, pues si Rafael fue asesinado "que digan quién fue responsable y que lo castiguen".
-¿Aún crees que puedan hallar justicia?
-Es una pregunta con cierto grado de utopía, pero mi respuesta es aún más utópica: en realidad todavía espero conocer a mi papá.
Por su parte, Sara, de apellido Hernández, pero quien siempre se dice de Ramírez Duarte, "para tener presente a Rafael", aceptó que a tres décadas de la desaparición forzada de su marido continúa con enojo y coraje ante la impunidad de que gozan los culpables de ese delito y las torturas que le fueron infligidas.
Consideró que si el país "está como está es porque los propios mexicanos lo hemos permitido". Por ello, refirió que siempre creerá en el poder de la ciudadanía, "porque somos nosotros quienes pondremos un alto a la impunidad, no las instituciones, pues éstas no tienen capacidad de dar justicia y respuesta".
Sara relató que cuando se enteró del secuestro de Rafael, jamás imaginó que su ausencia iba a ser tan prolongada; inclusive, dice que siempre creyó que lo vería en una cárcel oficial.
A sus 31 años, Pavel tampoco recuerda físicamente a su padre: "por supuesto que he necesitado de su presencia, él hace falta en todos los espacios en los que estuvo". El joven relató que la situación más dolorosa y difícil para él es saber que su padre fue torturado: "me parece muy complicado imaginar que en el mismo momento en que mi madre gritaba para dar a luz a mi hermana, mi padre pudo estar gritando del dolor de la tortura".
Pese a todo, Pavel se siente orgulloso de la lucha de su padre, "quien era un guerrillero que luchaba por cambiar las condiciones de este país, que después de 30 años son las mismas: desigualdad, pobreza, injusticia y marginación".
Rafael era hermano de Juan Manuel Ramírez Duarte, alias el Bolchevique -líder de la Liga 23 de Septiembre y quien fue acribillado en septiembre de 1977 en las inmediaciones del mercado de los electricistas.