Antimigrantes y liberales se opusieron a su aprobación por diferentes motivos

Sufre revés la reforma migratoria en el Senado estadunidense; su futuro, en duda

DAVID BROOKS

Nueva York, 7 de junio. Los promotores del proyecto de ley de reforma migratoria sufrieron una derrota potencialmente mortal en el Senado esta noche, y con ello quedó en duda que la iniciativa prospere este año.

Después de dos semanas de intenso debate sobre el proyecto elaborado por un grupo bipartidista de legisladores y la Casa Blanca, en donde se abordaron decenas de enmiendas controvertidas, un voto de procedimiento necesario para llevar al voto de aprobación final fracasó por la oposición combinada de conservadores antimigrantes y liberales pro inmigrantes que consideraban que la reforma propuesta era demasiado limitada como para ser aceptable.

El voto contra proceder hacia la aprobación final fue una severa derrota para el liderazgo demócrata, un grupo de legisladores republicanos y sobre todo para el presidente George W. Bush, ya que habían negociado y promovido conjuntamente el proyecto, el primer intento de reforma integral de las leyes migratorias en 20 años.

De inmediato el líder demócrata del Senado, Harry Reid, acusó a sus contrapartes republicanos de descarrilar el intento; los republicanos acusaron al liderazgo demócrata de no permitir suficiente tiempo para el debate de enmiendas propuestas.

A pesar de que Reid había amenazado esta mañana que si no lograba conseguir los 60 votos necesarios para llevar el proyecto de ley a una votación de aprobación dejaría "morir" la propuesta legislativa para este año, esta noche insistió en que "todos tenemos que trabajar, el presidente incluido, para lograr que este proyecto de ley sea aprobado", y prometió que se hará todo lo posible en las próximas semanas para lograr ese objetivo.

El senador demócrata Edward Kennedy, uno de arquitectos del proyecto, dijo que la votación "fue decepcionante", pero insistió en que "no nos estamos dando por vencidos y tenemos toda intención de aprobar un proyecto de ley".

El líder de la minoría republicana, Mitch McConnell aseguró que comparte ese interés, pero culpó a los demócratas de no permitir la presentación de más enmiendas republicanas.

Por su parte, el republicano Arlen Specter, otro arquitecto de la iniciativa, consideró que "este asunto está en terapia intensiva, pero aún no está muerto".

Durante todo el día, agrupaciones y organizaciones de todo tipo presionaron a los legisladores para votar en favor o en contra del procedimiento necesario para limitar el debate y llevar la iniciativa a una votación final, la cual se esperaba realizar esta misma semana.

Pero en este cabildeo se manifestaron las profundas divisiones entre los sectores en favor de una reforma migratoria.

Por otro lado, fue notorio que una mayoría de los senadores republicanos votó en contra de llevar este proyecto a la próxima etapa en contra de los deseos de su máximo líder, el presidente Bush.

El futuro de la reforma migratoria está en duda. A pesar de las promesas del liderazgo del Senado de retomar el asunto, la derrota de esta noche podría ser mortal para este esfuerzo.

Y está por verse si la Cámara de Representantes avanza ahora e inicia el debate de su propia versión de un proyecto de reforma migratoria, lo cual podría resucitar la esperanza de justicia a indocumentados.

Lo único seguro, por ahora, es la urgente y profunda necesidad para hacer algo sobre lo que todos acuerdan es "un sistema de migración descompuesto".

Hasta el momento, los políticos en Washington (y en México) aún no han logrado ofrecer una solución.