¿Quiés es Craig Venter?
Al parecer, el genetista J. Craig Venter tiene una particular pasión por jugar a ser Dios.
Logró decodificar el genoma humano. Ahora está pasando, como diría él, de leer el código genético a escribirlo.
En 2003, creó un organismo vivo, a partir de cero, en el tiempo récord de 14 días, "a partir de ensamblar genes sintéticos con información obtenida de Internet", explica Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC y columnista de este diario, quien desde hace años ha venido registrando en La Jornada lo que ocurre en el mundo de la biotecnología, y, en él, las acciones de J. Craig Venter.
Recorrido en barco
Venter obtuvo fondos públicos por 12 millones de dólares del Departamento de Energía estadunidense. En 2004 recorrió en su barco Sorcerer II (El Hechicero II, por si había alguna duda), los mares más biodiversos del planeta, entre ellos el nuestro, recolectando microrganismos que pudieran ser usados en la construcción de formas de vida artificial.
En México, utilizó la licencia de colecta científica de la doctora Valeria Souza, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para tomar muestras de microrganismos marinos.
"La expedición de Venter es biopiratería en gran escala y cuestiona la soberanía de los países sobre sus recursos. También plantea dilemas éticos. No hay que ser experto para darse cuenta que crear vida artificial es un tema que las sociedades deben evaluar seriamente", señaló Ribeiro en ese entonces.
Comenzó en el sector público. Trabajaba en los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, cuando, en 1991, su laboratorio de investigación, que era parte del Proyecto Genoma Humano, presentó solicitudes de patentes sobre miles de genes del cerebro humano.
La semana pasada, la revista Newsweek publicó una entrevista con Venter en la que afirmó: "Si creáramos un organismo que produjera combustible, podría ser el primer organismo que valiera miles de millones de dólares o billones. Definitivamente patentaríamos todo ese proceso".