El proyecto original incluía nueve playas públicas; la mayor parte han sido vendidas
Cancún: cuatro décadas de expolio del patrimonio turístico nacional
Ex secretario del ramo responsabiliza tanto al Fonatur como a los sucesivos ayuntamientos
Ampliar la imagen Uno de los reducidos accesos públicos a Playa Gaviotas, vendida por Fonatur Foto: José Luis López Soto
Cancún, QR, 6 de junio. El plan original para Cancún, concebido a finales de los años 60 del siglo pasado, preveía que en la zona hotelera hubiera nueve playas públicas de más de 100 metros de frente, con estacionamientos y parques, pero con el paso del tiempo las áreas aledañas a éstas fueron privatizadas, con lo cual el acceso se ha impedido o restringido.
El ex secretario de Turismo Sigfrido Paz Paredes dijo que la de una parte de Delfines, la principal playa pública de Cancún, para que se construyan dos clubes privados, es un procedimiento que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha aplicado durante años y ha dado como resultado que los ciudadanos mexicanos no puedan disfrutar de las playas.
Ex funcionario, uno de los fundadores de Cancún, apuntó que la responsabilidad es tanto del Fonatur, que vendió esos predios, como de los ayuntamientos que han autorizado cambios de uso de suelo para realizar construcciones que limitan o impiden el acceso.
''Cancún era un lugar increíble, con nueve playas públicas con jardines y estacionamientos para la gente, pero todo se vendió y nadie puede ir ahora a las playas'', dijo el ahora consejero de la Asociación de Hoteles de Cancún.
Al menos en el papel, en la zona hotelera de Cancún aún hay nueve playas públicas, pero los terrenos que originalmente eran jardines y estacionamientos públicos fueron desapareciendo para dar paso a grandes hoteles, y los accesos se han reducido tanto que los espacios públicos son prácticamente inexistentes.
Estas playas son Las Perlas, Langostas, Tortugas, Caracol, Gaviota Azul, Chac Mool, Marlín, Ballenas, y Delfines (la más grande de todas), además de Playa del Niño, en Puerto Juárez, fuera de la zona hotelera.
Durante años Fonatur se ha dedicado a vender los espacios que están más allá de los 20 metros de la zona federal (que son la playa propiamente dicha) y el ayuntamiento ha autorizado a los compradores cambios de uso de suelo que permiten construir obras que impiden que la gente entre a esos espacios, supuestamente públicos.
En las playas La Perlas o Chac Mool donde el único acceso para los ciudadanos son unos pasillos de dos metros, casi escondidos. Además, ni siquiera reciben mantenimiento mínimo y carecen de estacionamiento.
Un caso grave es el de playa Gaviota Azul, donde el ayuntamiento permitió la construcción de un centro comercial y el paso a la playa pública es una puerta escondida detrás de decenas de comercios.
Algo similar ocurrió con las playas Marlín y Ballenas, cuyas entradas están ocultas en el bulevar de zona hotelera y son prácticamente desconocidas.
En las playas que no son públicas o se encuentran frente a grandes hoteles o condominios, guardias de seguridad se encargan de expulsar a quienes no son huéspedes o propietarios, aun cuando se trata de una zona federal, que supuestamente es propiedad de la nación y de libre tránsito.
La última venta de Fonatur fue la de playa Delfines, donde se desincorporaron alrededor de 100 metros lineales en beneficio de una empresa para que creará clubes de playa privados.
También conocida como El Mirador, playa Delfines es uno de los pocos espacios a los cuales aún pueden entrar gratis los mexicanos, pues en la práctica el resto de la zona hotelera es sólo para quienes alquilan un cuarto o son miembros de alguno de los clubes de la zona hotelera.
El activista social Tulio Arroyo dijo que en esta zona los lotes debieron haberse sumado al espacio público, pero ''es el mismo procedimiento de siempre: lotificar para vender. Pasan los gobiernos, pero la visión de Fonatur no cambia: se hacen negocios a costa de espacios públicos'', comentó.