Usted está aquí: jueves 7 de junio de 2007 Economía Comienza cumbre del G-8 con desacuerdos

Miles de altermundistas rodearon la zona de Heiligendamm, sede de la reunión

Comienza cumbre del G-8 con desacuerdos

Tensión ruso-estadunidense, hambruna, cambio climático y sida, temas centrales

AFP, REUTERS, DPA

Ampliar la imagen Policías alemanes resguardan la villa Brodhagen ante la marcha de miles de manifestantes contra el G-8 en Heiligendamm Policías alemanes resguardan la villa Brodhagen ante la marcha de miles de manifestantes contra el G-8 en Heiligendamm Foto: Reuters

Heiligendamm, Alemania, 6 de junio. Los jefes de Estado y de gobierno de los ocho países más industrializados del mundo, el Grupo de los Ocho (G-8), iniciaron este miércoles una cumbre de dos días que estará marcada por numerosos temas: el cambio climático, las tensiones ruso-estadunidenses, la hambruna en el mundo, la ayuda a Africa, la liberalización del comercio mundial y los compromisos en la lucha contra el sida.

La reunión anual empezó mal para la canciller federal alemana, Angela Merkel, quien aspiraba a conseguir el respaldo de Estados Unidos para reducir a la mitad las emisiones para 2050 y limitar el alza de la temperatura global, que según los científicos puede causar inundaciones, sequías y aumento en los niveles del mar.

Al término de un almuerzo con Merkel, el presidente George W. Bush expresó su deseo de "trabajar con (el G-8) sobre un acuerdo post-Kioto y sobre la forma de alcanzar objetivos esenciales".

Estados Unidos es el único país del G-8 (formado por Canadá, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Japón y Rusia) que no ha ratificado el Protocolo de Kioto, el cual establece el compromiso de las naciones firmantes de reducir los gases de efecto invernadero de 2008 a 2012.

Washington dijo que no estaba preparado para aceptar un compromiso que tuviera que ver con reducir a la mitad las emisiones contaminantes para 2050. "En este momento, no tenemos un acuerdo en este tema en particular", dijo James Connaughton, alto asesor de la Casa Blanca.

Bush intenta fijar conversaciones entre los 15 principales emisores de gases de efecto invernadero con el objetivo de acordar reducciones a largo plazo hacia fines de 2008.

Varias naciones europeas han expresado su preocupación porque los planes de Bush pudieran tener como objetivo remplazar al Protocolo de Kyoto.

Es probable, dijeron los analistas, que por ahora Alemania obtenga de Estados Unidos sólo una expresión de apoyo a los esfuerzos de la ONU para combatir el cambio climático.

Un responsable estadunidense aseguró que el comunicado final de la cumbre no fijará un objetivo global a largo plazo de reducción de los gases de efecto invernadero.

Un asunto que ha provocado tensión desde antes del inicio de la cumbre es el conflicto verbal entre Estados Unidos y Rusia sobre la propuesta estadunidense de extender su escudo antimisiles a la República Checa y Polonia.

Rusia, en respuesta, advirtió que apuntará sus misiles hacia Europa, como en la guerra fría, lo que a la vez preocupó a los europeos.

Bush intentó apaciguar el temporal: ni Rusia era una amenaza para Europa, ni el escudo antimisiles estadunidense lo era para los rusos.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) criticaron que el G-8 no ha cumplido su promesa de duplicar sus ayudas a Africa.

"La mayoría de los países del G-8 no se encuentra en curso de cumplir", critica Jörn Kalinski, de la organización de asistencia Oxfam en Heiligendamm.

Por su parte, el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, se mostró a favor de una ampliación del G-8 a los grandes países en vías de desarrollo como Brasil.

"Hay que ir en una dirección G-20 y no G-5", declaró el responsable. "No se pueden tener conversaciones serias sin China, India, Indonesia o Brasil", agregó Lamy.

A la cumbre del G8 fueron invitados los presidentes de los grandes países en desarrollo: Brasil, China, México, India y Sudáfrica.

MATTEO DEAN ESPECIAL PARA LA JORNADA

Rostock, 6 de junio. El primer día de la reunión del G-8 fue inaugurado con movilizaciones específicas para bloquear la cumbre de los ocho presidentes. Esta mañana temprano, desde los tres campamentos salieron miles de personas rumbo a la prohibida zona roja que rodea, en un perímetro de tres kilómetros, el balneario de Heiligendamm, donde se realiza la cumbre. Las últimas resoluciones de la Corte Constitucional habían levantado las prohibiciones impuestas por la policía de Rostock así que los manifestantes estaban autorizados hasta un kilómetro de los 13 de malla que circunscriben la zona roja. Sin embargo, los manifestantes fueron más allá.

Hoy en la tarde, la Corte Constitucional aprobó la prohibición total de cualquier manifestación en contra del G-8 para mañana. Una decisión que choca abiertamente con los planes de la coalición Block G-8 y las otras organizaciones que tienen programadas iniciativas muy articuladas para ese día.

"We are winning"

Los tres campamentos de manifestantes llegados de varias partes del mundo para protestar en contra del G-8 despertaron hoy con gran inquietud. La madrugada varios miles de altermundistas empezaban a emprender el camino a la zona roja. Desde Reddelich, muy cerca de Bed Doberan (el pueblo al sur de Heiligendamm), desde Wichmannsdorf en el Hoppenberg (cerca de Wichmannsdorf) y desde el campamento de Rostock, salieron en marcha. Los automóviles y trenes que han trasladado a los manifestantes no se movieron. Fue impresionante la marea humana proveniente de los tres campamentos rumbo a la zona roja. Objetivo: bloquear los accesos a la sede de la cumbre, porque si bien los presidentes iban a llegar en helicóptero, se calcula que al menos 800 delegados acompañantes llegarían por carretera. Cuatro eran los puntos de reunión donde confluyeron miles a media mañana. Caminaron kilómetros de carreteras para llegar a la cita. La policía rodeaba con una fuerte presencia los manifestantes ahí reunidos.

La tensión se respiraba. Pero la determinación era firme. "No sabemos bien qué hacer", decía Annbritt, activista de FelS, "queremos ir hasta los puntos señalados -mientras habla indica unos puntos en un mapa de la zona-, pero la policía nos lo está impidiendo". La preocupación fue repentinamente superada cuando varios grupos, divididos por colores, aplicaron la llamada "estrategia a puño": una marcha unida preparada para dividirse en cinco "dedos" de manifestantes frente a la valla policiaca. La estrategia estaba bien pensada, pero no contaron con que la policía bloqueó la marcha antes de que saliera. Así, de repente, en los asolados puntos de reunión, la gente en grupo de cien o más comenzó a dispersarse entre los árboles y en los inmensos campos de trigo. La gente empezó a correr, en varios "dedos", despistando por completo a la policía. Esta no sabía qué hacer y tuvo que retirarse varios kilómetros adentro, hacia la zona roja, para instalar nuevas vallas para frenar no sólo la marcha de los altermundistas sino que también el gran entusiasmo que se desató.

Con cañones de agua, gas pimienta y miles de efectivos, la policía instaló varias vallas que no pudieron frenar el enjambre de personas que por doquier llegaba a enfrentar a la policía. Enfrentamiento verdadero no hubo, en realidad. Nada más algunos momentos de tensión entre la policía y los altermundistas que pasaba corriendo entre las improvisadas filas de las fuerzas del orden.

Finalmente, los manifestantes pudieron llegar hasta pocos cientos de metros de la valla que protege la zona roja. Las cuatro entradas, mismas que estaban destinadas a la entrada de los delegados, fueron bloqueadas. De la misma forma se pudo impedir el paso durante unas horas del tren que desde Rostock llega hasta Heiligendamm. Ya en la tarde, las agencias de prensa daban la noticia de que los "antiglobalizadores bloquearon el G-8" y que "los organizadores de la cumbre tuvieron que organizar un transporte vía barco para llevar a los delegados".

"Quizás no se haya bloqueado completamente el G-8", comenta Gunter, de Dissent, "pero pusimos en serias dificultades el sistema de seguridad tanto decantado de este G-8". Desde los altoparlantes del Camp Rostock, en inglés, el idioma internacional que aquí se habla, la voz anunciaba "we are winning".

En las semanas previas a la cumbre, la policía de Rostock había tratado de imponer enormes áreas de prohibición para que se llevaran a cabo las protestas. Los altermundistas reunidos en las distintas redes de apoyo a la contra cumbre y a las manifestaciones había recurrido a la Corte Constitucional. En ese contexto, la Corte Constitucional había respetado su rol reconociendo una clara exageración por parte de la policía en querer imponer lo que algunos políticos definieron en ese entonces "estado policiaco". Sin embargo, el día de hoy la Corte dio un paso en sentido contrario a su propio rol, prohibiendo, "por cuestiones de orden público, cualquier tipo de manifestación en contra del G-8".

"El orden público está siendo violado por la presencia de tanta policía en el territorio", comenta el abogado del Legal Team del Block G8, "tantos cateos personales, tantas patrullas por la calle, en fin, la presión constante que la policía ejerce es clara y pone nerviosos no sólo a los manifestantes, sino que también a la población en general".

 
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