Critican que su éxito esté subordinado a reformas
Sectores campesino y patronal reciben con escepticismo el plan
Con escepticismo recibieron diversos sectores el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2007-2012 presentado por el presidente Felipe Calderón, debido a que temas fundamentales como el campo no fueron incluidos como la sexta vertiente de la seguridad nacional, mientras en el ámbito económico se observó que el éxito del proyecto está condicionado a la aprobación de las reformas estructurales, en particular la hacendaria y la energética.
El dirigente del Consejo Coordinador Empresarial, Armando Paredes, y el presidente del consejo de administración de BBVA Bancomer, Héctor Rangel, coincidieron en señalar que si no existen los recursos necesarios en el gobierno será complicado cumplir íntegramente con el plan.
Los dirigentes empresariales añadieron que el producto interno bruto debe crecer a una tasa de por lo menos siete por ciento. Un avance de cinco puntos es muy limitado y no responderá a las necesidades de inversión y empleo, advirtieron.
En tanto, el secretario de Economía, Eduardo Sojo, manifestó que "muchísimas" de las propuestas del sector privado se incluyeron en el PND, sobre todo en temas como la competencia y apoyos a la mediana y pequeña empresas, así como la promoción al exterior.
Agregó que el gobierno pretende basarse en tres sectores para detonar el mercado interno y que la economía nacional no sea tan vulnerable frente a Estados Unidos: el turismo, la vivienda y el sector agroalimentario, aunque sólo mencionó la industria nacional cuando se le preguntó.
En tanto, activistas e investigadores señalaron que los objetivos y estrategias del PND para el medio ambiente "no tocan los problemas de fondo ni establecen los mecanismos y recursos para alcanzar metas como la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero o mitigar los efectos del cambio climático".
Silvia Ribeiro, investigadora del grupo ETC México, afirmó que se "trata del proyecto de un gobierno en el que el medio ambiente se ve como un negocio, y no como un sector prioritario que debe protegerse con políticas de Estado".
Resaltó que los planes de gobierno nunca reconocen las verdaderas causas de la devastación ambiental, las cuales siguen intactas, e incluso "se les alienta con programas de explotación de recursos, como el ecoturismo", a pesar de que implican pasar por encima de comunidades, zonas protegidas y santuarios.
A su vez, Gustavo Ampugnani, coordinador del programa sobre transgénicos de Greenpeace, afirmó que el PND es una propuesta "desarticulada", en la que no existen compromisos concretos ni se establecen mecanismos para reducir las emisiones de efecto invernadero.
Por su parte, organizaciones campesinas destacaron que no se incluyó al agro como sexta vertiente para la seguridad nacional, lo cual había sido propuesto por el Congreso Agrario Permanente (CAP)
y el Consejo Nacional de Organizaciones Rurales y Pesqueras.
Apuntaron que las propuestas presidenciales para el sector son generales y les falta "un ajuste de las piezas de ajedrez" para actuar en unidad alrededor de las soluciones que reclama el campo.
"Somos 25 por ciento de la población nacional y aún así el gobierno ignoró la propuesta de incluir al campo como el sexto eje rector en las estrategias", dijo el coordinador del CAP, Gerardo Sánchez.
Afirmó estar poco satisfecho porque el documento no fue más a fondo en torno a la situación del agro. "Es sólo un brochazo para un sector que requiere mayor profundidad en el análisis y las propuestas; no tiene la objetividad requerida y hay un temor por romper las inercias que ya son inoperantes para el desarrollo del país. Es lamentable que dicho plan no sea visto como un puerto de salida y directriz para el país", abundó.
Se desdeñan focos rojos
Para el dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, Alvaro López Ríos, el documento no toca "los focos rojos" del agro, lo cual es comprensible porque Calderón no tiene un equipo eficiente que construya políticas con el movimiento social organizado. "Continuamos como en el pasado: no hay rumbo ni dirección", apuntó.
En tanto, el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc) acordó no acudir a la presentación del programa porque "es sólo un trámite derivado de la ley de planeación, un ritual más del sistema político gastado", según Víctor Suárez Carrera, integrante de la agrupación.
En ninguna de las seis organizaciones aglutinadas en el Conoc hubo confianza en que el plan sea resultado genuino del proceso de consulta social. "Ese plan no nos refleja ni representa", aseveró.
Para el Partido del Trabajo (PT), el PND es la continuación de las estrategias neoliberales aplicadas desde los años 80, y mientras ese modelo no cambie proseguirá la concentración de la riqueza en grupos privilegiados y el estancamiento del desarrollo y el bienestar de las mayorías.
Ricardo Cantú, dirigente colegiado de la comisión de coordinación del PT, expresó que el sexenio de Vicente Fox es una muestra del estancamiento del país.
El crecimiento económico ocurrió a tasas menores que el de la población, y es muy probable que suceda lo mismo con este gobierno, señaló.
Sobre la necesidad de hacer los cambios estructurales para garantizar el éxito del PND, afirmó que ese "ha sido el señuelo para hacer creer que habrá desarrollo, pero no es más que demagogia pura".
El también diputado federal insistió en que para lograr el desarrollo tan esperado se requiere tener una economía que no esté al servicio de las grandes corporaciones ni castigue el salario, sino que acreciente el mercado interno y propicie el desarrollo de las micro y pequeñas industrias.