La priísta recibe constancia que la acredita como gobernadora de la entidad
La reconciliación social y política de los yucatecos, primer reto: Ivonne Ortega
Ampliar la imagen La priísta Ivonne Ortega Pacheco recibió ayer su constancia de mayoría que la acredita como gobernadora de Yucatán para los próximos seis años Foto: Notimex
Mérida, Yuc., 27 de mayo. Al son del mariachi que entonaba la canción El Rey, de José Alfredo Jiménez, y de aplausos ensordecedores, la priísta Ivonne Ortega Pacheco recibió este domingo la constancia que la acredita como gobernadora electa de Yucatán, para el periodo extraordinario de cinco años y dos meses (2007-2012) que emparejará los siguientes comicios locales con los federales.
La sobrina del finado mandatario Víctor Cervera Pacheco esbozó lo que será su primera gran tarea: "la reconciliación social y política de los yucatecos", divididos por las pugnas electorales.
Por lo pronto, el priísmo vivió esta mañana su fiesta particular, la del rencuentro con el poder que perdió en 2001 ante el panista Patricio Patrón Laviada; la aparición de cientos de militantes que, tras la caída del tricolor, le dieron la espalda hace seis años, pero ahora volvieron a felicitarse. Incluso "cadáveres políticos" revivieron y salieron de sus "tumbas".
"Es una mezcla de priísmo nuevo con el antiguo", definió un alto directivo. "Nos va a ir bien", adelantaron otros militantes al recordar los tiempos en que fueron gobierno. Es el tricolor con matices, pero el mismo al fin y al cabo.
Desde la mañana, miles de priístas vestidos de rojo -el color favorito de la ahora gobernante electa- acudieron a la Casa del Pueblo, sede del tricolor en la entidad, para reunirse y dirigirse a las instalaciones del Instituto de Procedimientos Electorales y Participación Ciudadana (Ipepac). Allí esperarían a la senadora con licencia para armar el jolgorio, "la fiesta del pueblo", como la llamó la gente.
Poco antes de las 12 del día, entre un mar de personas -alrededor de 3 mil, según fuentes policiacas-, Ivonne Ortega hizo su aparición con su terno (el hipil o vestido típico que utilizan las indígenas mayas) bien puesto, y la sonrisa en todo su esplendor. Le costó trabajo entrar al edificio del Ipepac, pues la gente prácticamente se desbordó por saludar y estar cerca de la ya mandataria.
El proceso con los consejeros electorales fue de mero trámite. En medio de algunos balbuceos entregaron la constancia a Ortega Pacheco y comenzó la fiesta del priísmo.
Con voz entrecortada, Ortega Pacheco aseguró que su gobierno será incluyente, que sabrá escuchar y respetar a la gente. "Rendiremos buenas cuentas en 2012, al concluir mi mandato", afirmó.
Exigió al pueblo no dejarla sola: "Tendremos un gobierno sensible, de puertas abiertas, pero, por favor, no me dejen sola con toda la tarea; el proyecto no es sólo de Ivonne Ortega, es de todos los yucatecos".
Destacó que "haber logrado la mayoría absoluta (en las elecciones del pasado domingo 20) no es un cheque en blanco. Desde ahora quiero ser juzgada por mis acciones.
"Vamos a reconciliarnos, ya es hora de que los yucatecos pongamos fin a las pugnas, el proceso electoral quedó atrás y ahora viene una etapa grande para Yucatán", auguró.
Y así como llegó al Ipepac, así se retiró Ortega Pacheco: en medio de empujones, besos, aplausos y melodías de mariachi.
"¡A los panistas se los llevó el tren... pero el tren bala!", clamaron jubilosos los tricolores al evocar una de las promesas de campaña de Ortega Pacheco, unir a Yucatán con Quintana Roo por vía ferroviaria.