Usted está aquí: domingo 27 de mayo de 2007 Cultura Cálido recibimiento al dramaturgo Emilio Carballido en Instituto Cervantes de Moscú

"Quien no encuentre placer en redactar páginas y páginas, mejor que no escriba", aseguró

Cálido recibimiento al dramaturgo Emilio Carballido en Instituto Cervantes de Moscú

Estudiantes, jóvenes literatos e integrantes de la academia rusa atiborraron el lugar el jueves pasado

JUAN PABLO DUCH

Ampliar la imagen El dramaturgo mexicano durante su plática en la capital moscovita El dramaturgo mexicano durante su plática en la capital moscovita Foto: Juan Pablo Duch

Moscú, 25 de mayo. Por momentos la magia de la palabra hizo que pareciera que su casa ubicada en el cerro más alto de la veracruzana ciudad de Xalapa -siempre abierta a quien quiera aprender algo de teatro, y el maestro tiene mucho que enseñar- cruzó el Atlántico junto con él para recrear la noche del jueves pasado uno de sus míticos talleres de arte dramático, en la sala de actos del Instituto Cervantes de esta capital, repleta de público ávido de escuchar a Emilio Carballido.

Con voz pausada, so-breponiéndose en cada sí-laba a las secuelas que de-jó en su cuerpo la trombosis cerebral que sufrió hace cuatro años, el dramaturgo mexicano afirmó:

"Escribir literatura es parcialmente racional, porque la verdad es que los procesos de trabajo no son en sí irracionales, sino que se conciben y ejecutan de manera que el tiempo mental va mucho más rápido que el razonamiento."

El autor de Rosalba y los llaveros, dictó aquí una conferencia magistral que, con la humildad que lo engrandece, tituló Algunas ideas sobre composición dramática.

Con Rosalba..., Carballido inició hace casi seis décadas una fecunda labor literaria que abarca más de 100 obras de teatro, unos 50 guiones cinematográficos, nueve novelas, tres recopilaciones de cuentos, cinco libros de literatura infantil y varias antologías de jóvenes dramaturgos.

"Una historia se presenta como un viaje que debe transcurrir: hay un mo-mento para empezar a narrar, otro para cerrar el desfile de acontecimientos" y siempre debe tenerse presente que la realidad "no tiene principio ni fin, es infinita", por lo cual el autor sólo debe "escoger los momentos en que los acontecimientos están ma-duros para empezar a presentarlos, tejiendo conflictos y progresando hasta el punto en que lo ocurrido va a darse por terminado".

Pero de pronto "vienen los espíritus, hablan por boca de alguien, dicen cosas que esa persona no sabía, se independizan de ella y se van cuando se les da la gana. También llegan como quieren; no son necesariamente educados".

Para el autor de ¡Silencio pollos pelones, ya les van a echar su maíz!, cuya primera obra se estrenó aquí en 1969, "es conveniente llevar una libreta donde se apunten los sueños en cuanto suceden".

Además, sostiene, es muy útil llevar un diario. "Un cuaderno así, releído, nos informa mucho sobre nuestra propia circunstancia; es también un modo de autoconocimiento, pues la memoria sabe muy bien donde la pluma mintió".

Según Carballido, "el único modo de ser escritor es escribir. El que no halle placer en redactar páginas y páginas más vale que no escriba. Conozco gente que ha querido ser escritora y odia tener que escribir para merecer el título. No resultan buenos autores".

Figura indispensable

Imposible resumir aquí todos los conceptos y recomendaciones que el fundador y director de la revista Tramoya, pionera en su género en México, editada por la Universidad Veracruzana, formuló ante es-tudiantes de arte dramático, jóvenes literatos locales, miembros de la comunidad de habla hispana y de la academia rusa que reconocen su obra.

Mientras esta "figura indispensable y leyenda de las letras" (como lo definió Carlos Monsiváis cuando inauguró hace un año en Veracruz la Cátedra Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido) recibía aplausos en Moscú, en la ciudad de México José Luis Barraza interpretaba El diario de un loco, bajo la dirección de Benjamín Bernal (compañía Alquimia Teatral).

Es emotiva la coincidencia: la representación del monólogo de Gogol, en el segundo Festival de Teatro Independiente Emilio Carballido, fue un homenaje a su intérprete por antonomasia en México, Carlos Ancira, cuyo 20 aniversario póstumo se cumplirá el 10 de octubre.

En tanto, la hija de este insigne actor, Selma, presente en la capital rusa, tuvo mucho que ver para que Carballido haya podido llevar a la práctica su deseo expreso de celebrar en Moscú, el pasado día 22, su 82 cumpleaños.

Así lo destacó Víctor Andresco, director del Cervantes-Moscú, quien agradeció el apoyo brindado por la embajada de México y el Instituto Veracruzano de Cultura para hacer posible "que la realidad y el deseo se hayan encontrado en este instituto, el deseo de dar a conocer lo mejor de la cultura en español y la realidad de que su mejor dramaturgo esté en esta tribuna".

Esta misma semana, la Unión Teatral de Rusia, en su prestigiado Tsentr na Strasnoi, rindió homenaje al escritor mexicano con una mesa redonda dedicada a la obra de Carballido, al término de la cual Victoria Chilap escenificó su monólogo La selaginela.

Emilio Carballido vino a Rusia acompañado de su pareja, el coreógrafo Héctor Herrera, con quien, después de mantener una relación sentimental de más de 20 años, registró su sociedad de convivencia ante las autoridades de la delegación Benito Juárez del Distrito Federal, el pasado 29 de marzo.

 
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