"El riesgo de todo esto es que finalmente no salga nada, en un país en franca descomposición"
Asfixian PAN y PRI el debate respecto de las reformas fiscal y electoral, dicen legisladores
En México el gobierno favorece a los grandes consorcios y afecta a los trabajadores
Ampliar la imagen El país es el único donde más de 50 por ciento de la recaudación fiscal proviene de impuestos al consumo, afirma el legislador Juan Guerra; vista de la Central de Abasto de la ciudad de México Foto: José Antonio López
El PAN y el PRI asfixian la discusión y el debate en torno de las reformas fiscal y electoral, que deberán dirimirse durante un periodo extraordinario de sesiones en la Cámara de Diputados y el Senado de la República. En tal señalamiento coincidieron, por separado, Juan Guerra Ochoa, del PRD, y el priísta José Murat, quienes también avizoraron una posible parálisis nacional si no se encuentran consensos y acuerdos que terminen con los privilegios económicos y políticos de una minoría.
"El riesgo de todo esto es que finalmente no salga nada en un país que vive una franca y casi completa descomposición. El temor es que el PAN y el PRI no quieran caminar, que salgan con un gatopardo para administrar los próximos cuatro o cinco años a través de golpear a los trabajadores y simplemente sortear las cosas", avizoró Guerra Ochoa.
Con vehemencia, el representante perredista refirió que el suyo es el único partido que tiene una propuesta hacendaria y electoral, y del lado contrario el PAN y el PRI buscan reducir la canasta de productos básicos y aplicarles el IVA.
-¿Qué esquema fiscal propondrá el PRD para evitar tal vicisitud social? -se le preguntó.
-En la OCDE nos dijeron que las grandes corporaciones aportan 70 por ciento de los recursos que se recaudan en los países miembros; en México estas corporaciones no aportan más de 8 por ciento. El gobierno es sumiso, a pesar de que está metido en un problema, porque sabe que el petróleo se va a acabar. El principio elemental de equidad en el mundo es que quien más gana paga más impuestos.
"El riesgo en la reforma fiscal es que finalmente no se establezcan los principios de equidad que existen en todo el mundo, por el mezquino argumento de proteger los intereses de los grandes empresarios. Es el gran riesgo. Lo que no están viendo es que se están llevando entre las patas al Congreso."
En torno de la iniciativa de reforma del Estado, el riesgo se manifiesta en apostarle a la negociación de cúpulas sin permitirse conocer las opiniones de amplísimos sectores de la sociedad.
"Los dos partidos están asfixiando la negociación. Les da miedo que discuta la sociedad, porque no se quieren mover de sus intereses. Están matando la ley al omitir la discusión".
-¿Visualizan una posible parálisis nacional?
-Nosotros vamos al despeñadero como país, en lo económico y en lo político. Nuestras instituciones no tienen ninguna credibilidad y están en crisis, estamos profundizando la crisis. Se supone que la solución sería una reforma hacendaria, pero hasta ahora hay más parálisis y protección de intereses privados. En el terreno de la reforma política, hay un temor a que la gente participe y opine.
-El PRI y el PAN acusan al PRD de maximalista a la hora de negociar ambos temas.
-No estamos planteando frenar la inversión ni la generación de empleos, no estamos en esa lógica, pero menos que se siga gravando a los que menos tienen. ¿Por qué les da miedo gravar a los que más ganan? Lo que ocurre en México es increíble, no pasa en ninguna otra parte del mundo; es el único país donde más de 50 por ciento de los impuestos se cobran por consumo. En las demás naciones la mayoría de la recaudación se da por el impuesto sobre la renta; el nuestro es el único país donde los trabajadores aportan la mayoría de ese gravamen, y en el resto son los ingresos y ganancias de capital lo que más aporta. ¡Y todavía aquí se quiere aumentar más consumo! Se requieren más recursos para que crezca el país, para que haya educación y se mejore la calidad de la mano de obra, para que la gente se incorpore al mercado; bajo estos principios estamos dispuestos a hablar, pero si lo que nos plantean son sinvergüenzadas e inmoralidades, pues se han de rechazar.
Manuel Espino, el ausente
Por su parte, José Murat coincidió con Guerra al sostener que se están asfixiando los tiempos para convocar un periodo extraordinario, porque ahora lo que se está observando son acuerdos en las altas instancias del poder político y económico.
"Las reformas política y electoral, que son las que deberíamos hacer avanzar, tienen cerrados los espacios, por los acuerdos cupulares que se están dando. Mi impresión es que impedirán que se concreten las metas. Yo creo que los acuerdos cupulares hacen distantes los planteamientos de los partidos políticos. Estamos corriendo el riesgo de que no haya consensos y el famoso periodo extraordinario del que tanto se ha hablado no se realice.
-¿Sería deliberado?
-Está asfixiado el proceso. No hay coincidencias. Se tiene que trabajar con urgencia y con solidez para elaborar un borrador que implique la convocatoria a un periodo extraordinario. Algo que me llama poderosamente la atención es que Manuel Espino Barrientos, el líder del PAN, no se ha presentado a ninguna reunión; esto me manda el mensaje de que el debate que traen al interior paralizará al país, y esto frenará la reforma electoral.
"Si la reforma fiscal corre el mismo destino vamos a estar trabajando sobre las rodillas en el próximo periodo ordinario, y esto no es saludable para el país, ni para la República, porque no hay recursos, ni hay una definición seria sobre el gasto público, ni sobre lo sectores que deben ser impulsados. Hay una serie de buenas intenciones de los partidos políticos y de las distintas formaciones políticas. Hasta ahora buenas declaraciones, pero yo creo que está asfixiada, y corremos el riesgo de que no se aprueben las reformas."
--Este grupo que asfixia, ¿es el PAN?
--Es el PAN, que es el gobierno, porque al interior está viviendo turbulencias. La no presencia de Manuel Espino y los líos internos del PAN están asfixiando el proceso, lo tienen empantanado. Lo que los distintos estratos del pueblo de México, hasta las voces de la utopía exigen, es que no dinamitemos las reformas estructurales. En todo caso, esto debe ser una llamada de atención a que demos los ritmos y los tiempos para aprobar las reformas que necesita el pueblo de México.