Hoy finaliza el festival internacional de las culturas en resistencia, en Tlalpan
Con llamados a "seguir en la lucha", Muguruza prendió en el Ollin Kan
El vasco y su banda organizaron una fiesta punky-reggae en favor de niños indígenas
En 1977, Bob Marley grabó Punky reggae party cuando descubrió, durante su exilio en Inglaterra, la afinidad entre el espíritu de lucha del reggae y el punk.
Treinta años después, el viernes pasado, el músico vasco Fermín Muguruza y su banda reivindicaron esta coincidencia y ofrecieron una fiesta punky-reggae en el Multiforo Cine Tlalpan, como parte del Festival Ollin Kan y en beneficio del Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México.
Música rebelde tocada por 13 guerreros, todos vestidos de negro. Muguruza, la mayor parte del tiempo con el rostro serio y fuerte presencia, convocaba a no rendirse: "A pesar de los fraudes electorales, hay que seguir en la lucha, siempre adelante, ni un paso atrás, México".
La banda (trombón, trompeta, saxofón, percusiones, batería, dj, coristas, bajo, guitarra, teclados y trikitixa) interpretó, sobre todo, canciones de la más reciente producción del vasco Euskal Herria Jamaika Clash, grabadas en aquella isla caribeña, con un abanico de sus más reconocidos músicos.
El sonido en vivo era más rockero que el del disco más cadencioso y tropical.
Lamentablemente, los músicos no pudieron lucir porque el sitio tiene una mala acústica, así que por momentos, incluso, costaba trabajo entender qué decía el vocalista, quien, entre cada canción, lanzaba mensajes: "Hay que tomar la palabra y que se respete la decisión popular", "todo mundo pide paz, nosotros no; pedimos los mismos derechos para todos, justicia y respeto" y por la liberación de los presos de Atenco y Oaxaca.
Muguruza es una figura conocida sobre todo en los circuitos de los skinheads (cabezas rapadas) y rude boys (chicos rudos) de izquierda en nuestra ciudad.
En esta ocasión, sólo había un puñado de pelones, y aún así, cientos de seguidores coreaban, sobretodo las viejas canciones skaseras de él. Había manos alzadas, algunos bailaban, otros portaban playeras de los grupos anteriores a Muguruza, Kortatu y Negu Gorriak, fundamentales del rock vasco, y también había banderas vascas que se alzaban entre el público.
El recinto que alguna vez fue cine y al que ahora le quitaron las butacas, estaba medio vacío, habría unas 400 personas, quizá en parte por el tremendo aguacero que cayó al anochecer y también probablemente porque los dos días siguientes La Kinky Beat y Muguruza toca gratis (sábado 19, en el Bosque de Tlalpan; domingo 20, en la Plaza de la Constitución).
Muguruza cantó su popular pieza La línea del frente, homenaje a los rastas, que compuso en 1986, cuando estaba en Kortatu, y que ahora grabó en Jamaica con Masta Blasta: "Es el rock de la línea del frente/ que se note que estás presente".
La noche de música rebelde culminó con el grito de guerra: "¡Viva Zapata cabrones! ¡Viva la independencia! ¡Hasta la victoria siempre! ¡No pasarán!"
El público repitió durante varios minutos: "¡No pasarán!".
Otros participantes
Antes de Muguruza, habían estado en el escenario Rosco, grupo de música electrónica de la Ciudad de México.
También se presentó La Kinky Beat, banda catalana que se disfruta sobretodo en vivo, con su repertorio propio de música caliente, cachonda, una fusión de hip hop, funk, samba, electrónica, drum & bass y jungle.
Sus fuertes ritmos y la prendidez de sus integrantes (difícil no moverse con la contagiosa alegría del flaco y saltarín percusionista Manolo Machín) pusieron a bailar al público.
La Kinky Beat también interpretó la popular y combativa canción italiana Bella Ciao, que el público coreó también.
Hoy, durante la clausura del Festival Internacional Ollin Kan de las Culturas en Resistencia, a partir de las 14 horas, se presentarán: Cheick Tidiane Seck (Mali), Banda Bassotti (Italia), La Kinky Beat, Discípulos de Otilia (Cataluña), Fermín Muguruza y El Gran Silencio (Monterrey).